lunes, 30 de septiembre de 2013

San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia. (MO). Blanco.
Jerónimo nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 347. Fue ordenado sacerdote a los 38 años, y se dedicó a una vida ascética y comprometida con la sana doctrina. Tradujo los textos de la Biblia al latín, fue autor de varias obras y comentarios y tradujo obras de Orígenes. Murió en Belén, en el año 419.
LECTURA
Zac 8, 1-8
Lectura de la profecía de Zacarías.
La palabra del Señor llegó en estos términos: Así habla el Señor de los ejércitos: Siento un gran celo por Sión y ardo de pasión por ella. Así habla el Señor: Yo he vuelto a Sión; y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén será llamada "Ciudad de la Fidelidad", y la montaña del Señor de los ejércitos, "Montaña Santa". Así habla el Señor de los ejércitos: Los ancianos y las ancianas se sentarán de nuevo en las plazas de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano, a causa de sus muchos años. Las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas, que jugarán en ellas. Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo, ¿será también imposible para mí? ?oráculo del Señor de los ejércitos?. Así habla el Señor de los ejércitos: Yo salvo a mi pueblo de los países del oriente, y de los países donde se pone el sol. Los haré volver y habitarán en medio de Jerusalén. Ellos serán mi Pueblo, y yo seré su Dios, en la fidelidad y en la justicia.
Palabra de Dios.

Comentario
Como nosotros, el profeta tiene la esperanza de un tiempo en el cual los hombres y mujeres mueran ancianos, y no por mano de la violencia. Además espera que los niños disfruten de su niñez en lugar de padecer castigos sociales. Y a pesar de nuestra incredulidad, hoy el profeta nos repite "es posible, es posible, es posible".

SALMO
Sal 101, 16-21. 29. 22-23
R. ¡Reúnanse los pueblos y sirvan al Señor!
Las naciones temerán tu Nombre, Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria: cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella; cuando acepte la oración del desvalido y no desprecie su plegaria. R.
Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor: porque él se inclinó desde su alto Santuario y miró a la tierra desde el cielo, para escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte. R.
Los hijos de tus servidores tendrán una morada y su descendencia estará segura ante ti, para proclamar en Sión el Nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén, cuando se reúnan los pueblos y los reinos, y sirvan todos juntos al Señor. R.

EVANGELIO
Lc 9, 46-50
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
A los discípulos de Jesús se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquél que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ése es el más grande". Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros". Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes".
Palabra del Señor.

Comentario
El texto muestra lo difícil que era entender y aceptar el mensaje de Jesús. Y en la actualidad no es más fácil. ¿O acaso consideramos que los marginados, como lo eran los niños en su tiempo, son los preferidos de Dios? ¿O respetamos a aquellos que no pertenecen a nuestra comunidad, a nuestra Iglesia o a nuestra fe, y que, no obstante, luchan por el bien como nosotros? El hecho de ser hoy cristianos no siempre se expresa en actitudes acordes con el mensaje de Jesús. Muchas veces conservamos una mirada cerrada sobre Dios y la vida.

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