Día VII dentro de la Octava de Navidad. Blanco.
LECTURA
1Jn 2, 18-21
Lectura de la Primera carta de san Juan.
Hijos
míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría un
Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso
sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros;
sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían
permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos
son de los nuestros. Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y
todos tienen el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque
ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna
mentira procede de la verdad.
Palabra de Dios.
Comentario
El
"Anticristo" no es una figura misteriosa o un personaje de una película
de terror. Anticristos son aquellos que se oponen al mensaje de Jesús y
quieren tergiversar su Reino de amor. Ya existían en tiempos de los
primeros cristianos, y siguen existiendo hoy. Por eso, se pide a la
comunidad que practique el discernimiento, para no dejarse engañar.
SALMO
Sal 95, 1-2. 11-14
R. ¡Alégrese el cielo y exulte la tierra!
Canten
al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al
Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. R.
Alégrese
el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del
bosque. R.
Griten
de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: Él
gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. R.
EVANGELIO
Jn 1, 1-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al
principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la
Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas
fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo
lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la
percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos
creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a
todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de
ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la
recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su
Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no
nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del
hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria
que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan
da testimonio de él, al declarar: "Éste es Aquél del que yo dije: El que
viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De
su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia
sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia
y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a
Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno
del Padre.
Palabra del Señor.
Comentario
"La
Palabra vino a este mundo?" y sigue viniendo. Para nosotros, que leemos
la Biblia cada día, este regalo de la Navidad, de la Palabra hecha
carne, se renueva en cada jornada. Que cada día podamos recibirla como
parte "de los suyos", de los que están dispuestos a hacerle lugar, para
que ilumine nuestro discernimiento y nuestras acciones cotidianas.