viernes, 3 de diciembre de 2010

Viernes 3 - San Francisco Javier, presbítero. (MO). Blanco.

Francisco nació en Pamplona (España) en el año 1506. En la universidad de París, donde cursó sus estudios, se hizo amigo de san Ignacio de Loyola. De esta amistad surgirá luego la Compañía de Jesús (los jesuitas). En sus once años de misionero, recorrió India, Japón y varios países del lejano oriente. Murió en la isla de Goa, debido a su deseo de evangelizar China. Fue declarado patrono de las misiones por el papa Pío X.

LECTURA

Is 29, 17-24

Lectura del libro de Isaías.

Así habla el Señor: ¿No falta poco, muy poco tiempo, para que el Líbano se vuelva un vergel y el vergel parezca un bosque? Aquel día, los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán, libres de tinieblas y oscuridad. Los humildes se alegrarán más y más en el Señor y los más indigentes se regocijarán en el Santo de Israel. Porque se acabarán los tiranos, desaparecerá el insolente, y serán extirpados los que acechan para hacer el mal, los que con una palabra hacen condenar a un hombre, los que tienden trampas al que actúa en un juicio, y porque sí no más perjudican al justo. Por eso, así habla el Señor, el Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham: En adelante, Jacob no se avergonzará ni se pondrá pálido su rostro. Porque, al ver lo que hago en medio de él, proclamarán que mi Nombre es santo, proclamarán santo al santo de Jacob y temerán al Dios de Israel. Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza.

Palabra de Dios.



Comentario

¡Se viene un gran cambio! Los tiranos, los mentirosos, los que desean el mal y se abusan del pobre ya no tendrán lugar. Dios quiere que las cosas sean de otro modo. Dios quiere que caminemos en la luz. Estas palabras nos dan aliento. Si queremos el bien de los pobres, si queremos la alegría, tengamos la certeza de que Dios está de nuestro lado.



SALMO

Sal 26, 1. 4. 13-14

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.

Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo. R.

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.



EVANGELIO

Mt 9, 27-31

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Dos ciegos siguieron a Jesús, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David". Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron, y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor". Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído". Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa". Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

Palabra del Señor.



Comentario

"Que suceda como ustedes han creído". Esta es la medida de los cambios en nuestra vida: la medida de nuestra fe. Desde esa fe, pidamos, roguemos, pongamos delante del Señor nuestras necesidades, nuestra enfermedad y nuestras miserias. Él ve lo que pasa, él quiere hacer en nosotros esa transformación. Pidamos con fe, para que nuestra propia vida y la de nuestros hermanos quede renovada por el encuentro con el Señor.

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