sábado, 11 de diciembre de 2010

Sábado 11 - Misa a elección. Feria. Morado. - San Dámaso I, papa. (ML). Blanco.

Dámaso fue Papa entre los años 366 y 384. Se distinguió por su celo apostólico, por combatir las distintas herejías que atentaban contra la fe de la Iglesia y por promover y difundir el culto a los mártires. Buscando que los fieles tuvieran una buena versión de la Biblia en la lengua común, el latín de aquel entonces, encargó a San Jerónimo la revisión y traducción de los evangelios a esa lengua. Promovió el culto a los mártires, haciendo grabar las lápidas de las antiguas catacumbas.

LECTURA

Ecli 48, 1-4. 9-11

Lectura del libro del Eclesiástico.

Surgió como un fuego el profeta Elías, su palabra quemaba como una antorcha. Él atrajo el hambre sobre ellos y con su celo los diezmó. Por la palabra del Señor, cerró el cielo, y también hizo caer tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego en un carro con caballos de fuego. De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y restablecer las tribus de Jacob. ¡Felices los que te verán y los que se durmieron en el amor, porque también nosotros poseeremos la vida!

Palabra de Dios.



Comentario

En este poema dedicado al profeta Elías aparece varias veces la palabra fuego. El símbolo del fuego se asocia al ardor y a la pasión. Ciertamente, Elías fue un profeta apasionado, de palabras encendidas para anunciar y denunciar. Su fervor movió los corazones a la conversión, como lo hicieron otros profetas, y también Juan Bautista. ¿Cómo estamos viviendo nuestra preparación a la Navidad? ¿Con verdadero ardor de corazón ante el amor de Dios encarnado, o en forma rutinaria y superficial?



SALMO

Sal 79, 2-3. 15-16. 18-19

R. ¡Restáuranos, Señor, y seremos salvados!

Escucha, Pastor de Israel, tú que tienes el trono sobre los querubines, resplandece, reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.

Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso. R.

Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que tú fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.

Aleluya. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluya.



EVANGELIO

Mt 17, 10-13

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?". Él respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Así también harán padecer al Hijo del hombre". Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.

Palabra del Señor.



Comentario

"Juan, el profeta escatológico del que Jesús aceptó el anuncio relativo al inminente final de la historia de Israel, el profeta carismático administrador de un bautismo definitivo que Jesús recibió de sus manos, el predicador de una llamada al arrepentimiento renovada y extendida por Jesús a todo Israel, ese profeta llamado Juan encontró una muerte violenta a manos del dirigente que gobernaba Galilea. (?) Contemplado en sí mismo, el siniestro final de un hombre santo, al que después de su muerte muchos veneraron como a un mártir, no podía por menos de hacer pensar al profeta Jesús en los peligros que implicaba la continuación del ministerio" (J. Meier, Un judío marginal, Ed. Verbo Divino).

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