domingo, 19 de diciembre de 2010

Domingo 19 - 4º domingo de Adviento. Morado.

PRIMERA LECTURA

Is 7, 10-14

Lectura del libro de Isaías.

El Señor habló a Ajaz en estos términos: "Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas". Pero Ajaz respondió: "No lo pediré ni tentaré al Señor". Isaías dijo: "Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren: la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel".

Palabra de Dios.



Comentario

"Isaías le dice al rey que no confíe en los hombres, que confíe en la Promesa de Dios, que ha prometido que un vástago de David ?Acaz es descendiente de David y va ha tener un hijo ya próximo, el rey que va a ser su sucesor, Ezequías?, pero la promesa no mira solamente a aquella mujer fecunda, esposa de Acaz, sino que, proyectándose en la promesa de Dios a David, le dice que será una mujer extraordinaria; es un signo de la potencia de Dios que siendo Virgen y quedando Virgen será madre de un hombre que tendrá por nombre Emmanuel, Dios con nosotros" (Mons. Oscar Romero, 18/12/1977).



SALMO

Sal 23, 1-6

R. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes porque él la fundó sobre los mares, él la afirmó sobre las corrientes del océano. R.

¿Quién podrá subir a la montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos. R.

Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R.



SEGUNDA LECTURA

Rom 1, 1-7

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que él había prometido por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de entre los muertos. Por él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su nombre, a todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo. A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, lleguen la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.



Comentario

El comienzo de esta carta destaca que Jesús ha "nacido según la carne, de la dinastía de David. Las referencias a la humanidad de Jesús son incontables en el Nuevo Testamento, para que no parcialicemos su identidad. Él es hombre como nosotros, compartió nuestra historia y nuestra tierra. Su divinidad no quitó ningún rasgo de su humanidad.



EVANGELIO

Mt 1, 18-24

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella, proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

Palabra del Señor.



Comentario

José está en silencio, escucha la palabra del ángel, que es como escuchar a Dios mismo. Que no comprenda no significa que no actúe y que se ponga en movimiento. No siempre entendemos a Dios, ni lo que nos pide, ni sabemos hacia dónde van sus proyectos. Pero si nos entregamos a él, seguramente es para nuestro bien y el de nuestros hermanos.

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