martes, 21 de diciembre de 2010

Martes 21 - De la feria, día 21. Morado.

LECTURA

Cant 2, 8-14

Lectura del Cantar de los Cantares.

¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas. Mi amado es como una gacela, como un ciervo joven. Ahí está: se detiene detrás de nuestro muro; mira por la ventana, espía por el enrejado. Habla mi amado, y me dice: "¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias. Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos, y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en las grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante".

Palabra de Dios.



Comentario

¡Si tan solo alguna vez sintiéramos que estas palabras nos las dice Dios a nosotros! Leamos detenidamente el texto, como si fuera una confesión de amor de Dios hacia nosotros, que abatidos y cansados, sentimos su voz que nos dice: "Levántate, amada mía" y luego nos adorna con "piropos" y palabras dulces. Solo nos quedaría reposar en sus brazos y disfrutar de sus besos.



Comentario

Lectura de la profecía de Sofonías.

¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal. Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! ¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! Él exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta.

Palabra de Dios.



SALMO

Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21

R. ¡Aclamen, justos, al Señor!

Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; entonen para él un canto nuevo, toquen con arte, profiriendo aclamaciones. R.

El designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones. ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se eligió como herencia! R.

Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Nuestro corazón se regocija en él: nosotros confiamos en su santo Nombre. R.



EVANGELIO

Lc 1, 39-45

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".

Palabra del Señor.



Comentario

Isabel proclama la primera bienaventuranza: "Dichosa tú, que has creído". Porque el camino de la felicidad (y eso justamente es lo que significa bienaventuranza) comienza con la fe, creyendo. Es un movimiento que nos saca de nosotros mismos, de nuestra omnipotencia y autosuficiencia, y nos lleva a Dios, que es el único que puede darnos la verdadera felicidad. Creer para ser feliz.

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