martes, 28 de diciembre de 2010

Santos Inocentes, mártires. (F). Rojo.

Jesús fue el inocente condenado injustamente y sin posibilidad de defensa. Y el evangelio muestra que así comenzó su vida, en el exilio, la persecución, y el atropello. Este día celebramos la entrega de tantos hermanos y hermanas, que muchas veces sin siquiera tener conciencia de su fe, han sido víctimas de algún poder opresor.

LECTURA

1Jn 1, 5-2, 2

Lectura de la primera carta de san Juan.

Queridos hermanos: La noticia que hemos oído de Dios y que nosotros les anunciamos, es ésta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas. Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad. Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el justo. Él es la víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios.



Comentario

"Al autor le fascina contrastar 'caminar en la luz' con 'caminar en la oscuridad'. Caminar en la luz es estar en Dios, permanecer en él y vivir en comunidad. Caminar en la oscuridad es vivir una vida mentirosa, destinada a ser un fracaso. Pero no basta con evitar mentiras, hay que ser amantes de la verdad" (Comentario de La Biblica Católica para jóvenes).



SALMO

Sal 123, 2-5. 7-8

R. Nuestra ayuda está en el nombre del Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando los hombres se alzaron contra nosotros, nos habrían devorado vivos cuando ardió su furor contra nosotros. R.

Las aguas nos habrían inundado, un torrente nos habría sumergido, nos habrían sumergido las aguas turbulentas. R.

La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.



EVANGELIO

Mt 2, 13-18

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Después de la partida de los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: "Desde Egipto llamé a mi hijo". Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: "En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen".

Palabra del Señor.



Comentario

El poder corrupto siempre tiene miedo. Teme disolverse, teme ser descubierto, teme ser destronado. Así Herodes, como signo de todo poder totalitario, busca eliminar "de raíz" lo que él supone hará temblar su poder. Y son los inocentes las víctimas, siempre los indefensos, siempre los pobres y los que no tienen voz los que tienen que pagar el precio del poder corrupto. Hoy los recordamos, pero no como un juego, sino como una presencia que nos cuestiona, como un desafío que nos exige responderle a tantos inocentes muertos y sufrientes, qué hacemos con nuestro poder.

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