viernes, 19 de noviembre de 2010

Santa Isabel de Hungría. (MO). Blanco.

A los 11 años fue dada en matrimonio por su padre, el rey Andrés II de Hungría, a Luis de Turingia. A los 17 años tuvo su primer hijo. Este matrimonio era un ejemplo de piedad y virtud cristianas, que, aun perteneciendo a la nobleza, vivía en la humildad. Enviudó a los 20 años, luego de que su esposo viajó como cruzado. A partir de entonces, se dedicó a los pobres e ingresó a la Tercera Orden franciscana. Viviendo en plena pobreza, fundó un hospital que ella misma atendía. Murió a los 24 años, el 17 de noviembre de 1231.

LECTURA

Apoc 10, 8-11

Lectura del libro del Apocalipsis.

Yo, Juan, oí la voz que me habló nuevamente desde el cielo, diciéndome: "Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra". Yo corrí hacia el Ángel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: "Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel". Yo tomé el pequeño libro de la mano del Ángel y lo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago. Entonces se me dijo: "Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes".

Palabra de Dios.



Comentario

"En la imagen de comerse el libro se patentizan adecuadamente el presupuesto fundamental y la nota esencial de toda predicación: su objeto son, no ideas propias, sino revelaciones de Dios; el profeta debe asimilárselas interiormente, antes de poder comunicarlas, sin merma de su contenido, como profesión ('testimonio') a los hombres de su tiempo conforme a sus modos de representarse las cosas y a su mentalidad" (E. Schick, El Apocalipsis, Ed. Herder).



SALMO

Sal 118, 14. 24. 72. 103. 111. 131

R. ¡Dulce es tu palabra para mi boca, Señor!

Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. Porque tus prescripciones son todo mi deleite, y tus preceptos, mis consejeros. R.

Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata. ¡Qué dulce es tu palabra para mi boca, es más dulce que la miel! R.

Tus prescripciones son mi herencia para siempre, porque alegran mi corazón. Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. R.



EVANGELIO

Lc 19, 45-48

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús, al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Está escrito: 'Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones'". Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.

Palabra del Señor.



Comentario

Es muy probable que esta reacción de Jesús haya definido su condena a muerte de parte de las autoridades de entonces. Es también lo que ha decidido la marginación y a veces la muerte de muchos hermanos y hermanas que se enfrentaron (y se enfrentan ¡y enfrentarán!) a los poderes que corrompen la fe, la sociedad y la vida de una comunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!!!