jueves, 26 de enero de 2012

Santos Timoteo y Tito, obispos. (MO). Blanco.

Timoteo era hijo de padre pagano y madre judía. Su madre y su abuela le inculcaron la fe y el conocimiento de la Sagrada Escritura. Conoció a Pablo y se hizo cristiano, y luego se convirtió en un gran colaborador para el apóstol. Tito era pagano, y una vez convertido, también fue un gran evangelizador, a quien Pablo le confió la conducción de comunidades difíciles. Las cartas dirigidas a ellos dos se llaman "pastorales", porque presentan instrucciones para la tarea pastoral que les tocó a estos encargados de presidir las comunidades.

LECTURA

2Tim 1, 1-8

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

Pablo, apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de vida que está en Cristo Jesús, saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz, que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura al igual que mis antepasados, recordándote constantemente, de día y de noche, en mis oraciones. Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para que mi felicidad sea completa. Porque tengo presente la sinceridad de tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y estoy convencido de que tú también tienes. Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.

Palabra de Dios.



Comentario

Pablo evoca la genealogía de Timoteo, no para destacar apellidos ilustres ni títulos de nobleza, sino un bien mucho más preciado: la fe transmitida de generación en generación, a través de su abuela y su madre. Muchos de nosotros tenemos también un "árbol genealógico de la fe" así de ilustre; demos gracias a Dios por ello.



SALMO

Sal 95, 1-3. 7-8. 10

R. Anuncien las maravillas del Señor entre los pueblos.

Canten al Señor un canto nuevo, canten al Señor, toda la tierra, canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor. R.

Digan entre las naciones: "¡El Señor reina! El mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud!". R.



EVANGELIO

Lc 10, 1-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados, que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!". Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'".

Palabra del Señor.



Comentario

Algunos cristianos piensan que la misión evangelizadora es sólo cuestión de los sacerdotes o de las religiosas. El evangelio de Lucas nos recuerda que Jesús no envió solamente a los Doce a predicar, sino también a otros setenta y dos discípulos. Es decir, todos los seguidores y seguidoras de Jesús tenemos este mandato de ir "por ciudades y pueblos" llevando la buena noticia.



SALMO

Sal 131, 1-5. 11. 13-14

R. El Señor le dará el trono de David.

Acuérdate, Señor, en favor de David, de todos sus desvelos, del juramento que prestó al Señor, del voto que hizo al Fuerte de Jacob. R.

"No entraré bajo el techo de mi casa ni me acostaré en mi propio lecho; no daré descanso a mis ojos ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una Morada para el Fuerte de Jacob". R.

El Señor hizo un juramento a David, una firme promesa, de la que no se retractará: "Yo pondré sobre tu trono a uno de tus descendientes". R.

Porque el Señor eligió a Sión, y la deseó para que fuera su Morada. "Éste es mi Reposo para siempre; aquí habitaré, porque lo he deseado". R.



EVANGELIO

Mc 4, 21-25

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús decía a la multitud: " ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!" Y les decía: "¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene".

Palabra del Señor.

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