sábado, 28 de enero de 2012

Santo Tomás de Aquino, - presbítero y doctor de la Iglesia. (MO). Blanco.

Santo Tomás nació alrededor del año 1225. Ingresó en la Orden de los Predicadores (dominicos) contra la voluntad de su padre. Enseñó en la Sorbona de París. Su gran mérito fue utilizar la filosofía aristotélica como herramienta para razonar los misterios de Dios, algo inusual y extraño para su época, lo cual le valió numerosos enemigos. Su gran obra, la Suma Teológica, sigue siendo un referente para los estudios de teología actuales. Su labor teológica fue reconocida al ser nombrado doctor de la Iglesia.

LECTURA

2Sam 12, 1-7. 10-15

Lectura del segundo libro de Samuel.

El Señor envió al profeta Natán ante el rey David. Él se presentó y le dijo: "Había dos hombres en una misma ciudad, uno rico y el otro pobre. El rico tenía una enorme cantidad de ovejas y de bueyes. El pobre no tenía nada, fuera de una sola oveja pequeña que había comprado. La iba criando, y ella crecía junto a él y a sus hijos: comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su regazo. ¡Era para él como una hija! Pero llegó un viajero a la casa del hombre rico, y éste no quiso sacrificar un animal de su propio ganado para agasajar al huésped que había recibido. Tomó en cambio la oveja del hombre pobre, y se la preparó al que le había llegado de visita". David se enfureció contra aquel hombre y dijo á Natán: "¡Por la vida del Señor, el hombre que ha hecho eso merece la muerte! Pagará cuatro veces el valor de la oveja, por haber obrado así y no haber tenido compasión". Entonces Natán dijo a David: "¡Ese hombre eres tú! Así habla el Señor, el Dios de Israel: la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita. Así habla el Señor: Yo haré surgir de tu misma casa la desgracia contra ti. Arrebataré a tus mujeres ante tus propios ojos y se las daré a otro, que se acostará con ellas en pleno día. Porque tú has obrado ocultamente, pero yo lo haré delante de todo Israel y a la luz del sol". David dijo a Natán: "¡He pecado contra el Señor!". Natán le respondió: "El Señor, por su parte, ha borrado tu pecado: no morirás. No obstante, porque con esto has ultrajado gravemente al Señor, el niño que te ha nacido morirá sin remedio". Y Natán se fue a su casa.

Palabra de Dios.



Comentario

"¡Cuánto delinquimos cada uno de nosotros a cada momento! Y, sin embargo, nadie piensa en confesar su pecado. Aquel rey, David, tan esclarecido y poderoso, no sufrió ni un solo instante que la conciencia de pecado pesara sobre él, sino que con una pronta confesión y con dolor inmenso declaró su falta al Señor. ¿A qué rico y noble podrías hoy fácilmente encontrar que no se ofendiese si le declarasen culpable de algún delito? Pecó David, lo cual suelen hacer los reyes, mas hizo penitencia, lloró, gimió, cosa que los reyes no suelen hacer. Confesó su culpa y pidió perdón" (San Ambrosio, Sermón sobre David, Cap II, 5-6).



SALMO

Sal 50, 12-17

R. ¡Dios mío, crea en mí un corazón puro!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti. R.

¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua anunciará tu justicia! Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza. R.



EVANGELIO

Mc 4, 35-41

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Crucemos a la otra orilla". Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popas durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?". Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?".

Palabra del Señor.



Comentario

Los discípulos, compartiendo la vida con Jesús, iban lentamente descubriendo quién era este maestro al que seguían. Cada nuevo episodio de su vida era ocasión para preguntarse sobre la identidad de Jesús. En esta escena, la violencia de la tormenta y el poder apaciguador de Jesús los lleva a la pregunta: "¿Quién es éste?". Esa pregunta debe renovarse siempre en nuestra reflexión, para no quedarnos en respuestas estereotipadas.

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