lunes, 23 de enero de 2012

De la feria. Verde.

LECTURA

2Sam 5, 1-7. 10

Lectura del segundo libro de Samuel.

Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: "¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel. Y el Señor te ha dicho: 'Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel'". Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante el Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. David tenía treinta años cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó siete años y seis meses sobre Judá, y en Jerusalén, treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. El rey avanzó con sus hombres sobre Jerusalén, contra los Jebuseos que habitaban en el país. Pero estos dijeron a David: "No entrarás aquí. Los ciegos y los inválidos bastarán para impedírtelo". Con esto querían decir: "David nunca podrá entrar aquí". Sin embargo, David conquistó la fortaleza de Sión, es de la Ciudad de David. Así David se iba engrandeciendo cada vez más, y el Señor, el Dios de los ejércitos, estaba con él.

Palabra de Dios.



Comentario

La probable etimología hebrea del nombre Jerusalén es "ciudad de paz" (ieru: ciudad; shalom: paz). Esta antigua ciudad y santuario, una vez conquistada por David, se convirtió en la capital de su reino. Desde entonces, ha sido lugar de congregación para adorar a Dios.



SALMO

Sal 88, 20-22. 25-26

R. Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán.

Tú hablaste una vez en una visión y dijiste a tus amigos: "Impuse la corona a un valiente, exalté a un guerrero del pueblo". R.

Encontré a David, mi servidor, y lo ungí con el óleo sagrado, para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga poderoso. R.

Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán, su poder crecerá a causa de mi Nombre: extenderé su mano sobre el mar y su derecha sobre los ríos. R.



EVANGELIO

Mc 3, 22-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios". Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre". Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".

Palabra del Señor.



Comentario

El evangelio nos describe todas las obras buenas que Jesús hacía: vida nueva, comunidad, salud, salvación y perdón. Ante todas estas obras buenas, los corazones cerrados lo único que dicen es: "son obras del demonio". No quieren admitir la realidad que se presenta ante sus ojos. Dar crédito a las obras salvíficas que hace Jesús los obligaría además a tener que declarar su propio fracaso, porque ellos no podían llegar así al corazón del pueblo. ¿En qué papel estamos nosotros hoy? ¿Qué mirada tenemos hacia las buenas obras que hacen otras asociaciones, grupos o movimientos religiosos que no pertenecen a nuestra iglesia?

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