sábado, 15 de octubre de 2011

Santa Teresa de Ávila, virgen y doctora de la Iglesia. (MO). Blanco.

Teresa nació en una familia de la burguesía castellana, en Avila, España, en el año 1515. Ingresó en el convento de las carmelitas, y luego de pasar varios años allí, empezó a ver la necesidad de reformular la vida del convento devolviéndole su espíritu original. San Juan de la Cruz fue su gran compañero en esta reforma. Se dedicó a fundar varios monasterios y también a escribir; entre sus obras, de gran misticismo, se cuentan Camino de perfección y Moradas del alma o Castillo interior.

LECTURA

Rom 4, 13. 16-18

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: La promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: "Te he constituido padre de muchas naciones". Abraham es nuestro padre a los ojos de Aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: "Así será tu descendencia".

Palabra de Dios.



Comentario

Todos podemos mirar con alegría y orgullo a este antepasado común: Abraham. En él, Dios empezó a revelarse como quien gratuitamente da sus dones. Remontándonos hasta Abraham, reconocemos un camino común en la fe, un camino en el que Dios se hace presente con el gran don de la vida.



SALMO

Sal 104, 6-9. 42-43

R. ¡El Señor se acuerda de su Alianza! O bien: Aleluya.

Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.

Él se acuerda eternamente de su Alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

Él se acordó de la palabra sagrada, que había dado a Abraham, su servidor, e hizo salir a su pueblo con alegría, a sus elegidos, entre cantos de triunfo. R.



EVANGELIO

Lc 12, 8-12

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que aquél que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres no será reconocido ante los ángeles de Dios. Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir".

Palabra del Señor.



Comentario

En medio de las acusaciones y las malas enseñanzas, Jesús nos recuerda que vive en nosotros el Espíritu Santo. Él nos dará el discernimiento en cada circunstancia y la palabra justa cuando tengamos que hablar. Él mantendrá nuestro corazón encendido con el amor puro en medio de la hipocresía que nos rodea.

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