martes, 11 de octubre de 2011

De la feria. Verde.

LECTURA

Rom 1, 16-25

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después de los que no lo son. En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe, conforme a lo que dice la Escritura: "El que es justo vivirá por la fe". En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la verdad. Porque todo cuanto se puede conocer acerca de Dios está patente ante ellos: Dios mismo se lo dio a conocer, ya que sus atributos invisibles ?su poder eterno y su divinidad? se hacen visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por medio de sus obras. Por lo tanto, aquéllos no tienen ninguna excusa. En efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad. Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles. Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos, ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente. Amén.

Palabra de Dios.



Comentario

San Pablo expone en esta carta lo que para él constituye el evangelio, la buena noticia de la salvación. En primer lugar, se refiere a la situación de los pueblos paganos que, ante las maravillas de la naturaleza, no supieron reconocer al creador y cayeron en la idolatría. La buena noticia es que Dios pasa por alto ese tiempo de la ignorancia y se revela también a los paganos.



SALMO

Sal 18, 2-5

R. El cielo proclama la gloria de Dios.

El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos; un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.



EVANGELIO

Lc 11, 37-41

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro".

Palabra del Señor.



Comentario

En la misma línea del pasaje que leímos ayer, Jesús hace un severo juicio sobre las prácticas de los fariseos, laicos piadosos que cumplían con todos los mandatos de la religión. Jesús critica las formas externas cuando el corazón no tiene la misma devoción que los rituales pretenden mostrar. Es una exhortación para que cada uno revise la coherencia entre lo que tiene en su interior y lo que manifiesta en las prácticas religiosas.

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