martes, 25 de octubre de 2011

De la feria. Verde.

LECTURA

Rom 8, 18-25

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza. Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando la plena realización de nuestra filiación adoptiva: la redención de nuestro cuerpo. Ahora bien, cuando se ve lo que se espera, ya no se espera más: ¿acaso se puede esperar lo que se ve? En cambio, si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con constancia.

Palabra de Dios.



Comentario

En esta carta "a los romanos", Pablo nos estuvo hablando de la condición cristiana; de la lucha por vivir la fe, y de nuestra condición de hijos de Dios. Ahora nos acerca a un misterio mayor aún: el dolor de toda la humanidad, de toda la creación, que alcanzará su redención y sanación al final de los tiempos. Porque el sufrimiento y la muerte no son las palabras más importante de la historia, sino la vida a la cual Dios nos ha llamado para siempre.



SALMO

Sal 125, 1-6

R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. R.

Hasta los mismos paganos decían: "¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!" ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! R.

¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. R.

El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas. R.



EVANGELIO

Lc 13, 18-21

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas". Dijo también: "¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".

Palabra del Señor.



Comentario

El Reino crece. No hay que desesperar. El Señor quiere ese crecimiento mucho más que nosotros y pone toda su Gracia en ese proyecto. ¿Nosotros? ¿Crecemos con ese Reino?

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