jueves, 7 de octubre de 2010

Nuestra Señora del Rosario. (MO). Blanco.

El rezo del Rosario comienza a popularizarse a partir de la Edad Media. Nació como una práctica del pueblo sencillo, que, al no poseer una Biblia para rezar los salmos, reemplazaba los 150 salmos bíblicos por 150 avemarías. Estas avemarías se distribuyeron en grupos de diez, y se meditaba con ellas distintos pasajes de la vida de Cristo y de la Virgen. Numerosas devociones hablan de la aparición de la Santísima Virgen y estimularon a los fieles en esta oración.

LECTURA

Hech. 1, 12-14

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

Después de que Jesús subió al cielo, los apóstoles regresaron del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitido recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús y de sus hermanos.

Palabra de Dios.



SALMO

Lc 1, 46-55

R. El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo. O bien: Eres feliz, Virgen María, tú que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

Porque miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo. R.

Y su misericordia se extiende de generación en generación sobre los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. R.

Derribó del trono a los poderosos y elevó a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre. R.



EVANGELIO

Lc 1, 26-38

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y se le llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no convivo con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será santo y se le llamará Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor; que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.

Palabra del Señor.



Comentario

Una vez que hemos comenzado a caminar detrás de Jesús, ya no podemos volver atrás. Esto significa que el evangelio de Jesús exige una decisión y una mirada constante hacia adelante.

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