viernes, 29 de octubre de 2010

De la feria. Verde.

LECTURA

Flp 1, 1-11

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.

Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús, saludan a todos los santos en Cristo Jesús, que se encuentran en Filipos, así como también a los que presiden la comunidad y a los diáconos. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo. Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que aquél que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el día de Cristo Jesús. Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Palabra de Dios.



Comentario

Filipos era una ciudad griega al este de Macedonia. San Pablo les dirige a estos cristianos una carta llena de ternura y familiaridad. Siente por ellos un cariño especial, ya que Filipos fue la primera comunidad cristiana fundada por el apóstol en Europa. Además es sabido que san Pablo financiaba su labor evangelizadora trabajando él mismo en su oficio de tejedor de carpas. Los filipenses fueron los únicos que lograron que san Pablo hiciera una excepción a esto y aceptara la ayuda económica de la comunidad. Por todo esto, con justa razón habla san Pablo de "la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio".



SALMO

Sal 110, 1-6

R. ¡Grandes son las obras del Señor!

Doy gracias al Señor de todo corazón, en la reunión y en la asamblea de los justos. Grandes son las obras del Señor: los que las aman desean comprenderlas. R.

Su obra es esplendor y majestad, su justicia permanece para siempre. Él hizo portentos memorables, el Señor es bondadoso y compasivo. R.

Proveyó de alimento a sus fieles y se acuerda eternamente de su alianza. Manifestó a su pueblo el poder de sus obras, dándole la herencia de las naciones. R.



EVANGELIO

Lc 14, 1-6

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido sanar en sábado o no?". Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?". A esto no pudieron responder nada.

Palabra del Señor.



Comentario

Esta escena es parecida a la de mujer encorvada que leímos hace unos días. Jesús sabía que los fariseos tenían excepciones para las restricciones del sábado, según sus necesidades. La enfermedad, el hambre y la postración son siempre una necesidad que no admite postergación. Las leyes y reglamentaciones deben buscar siempre la forma más concreta de amor al prójimo.

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