lunes, 25 de octubre de 2010

De la feria. Verde.

LECTURA

Ef 4, 32?5, 8

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.

Hermanos: Sean ustedes mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo. Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos. Practiquen el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios. En cuanto al pecado carnal y cualquier clase de impureza o avaricia, ni siquiera se los mencione entre ustedes, como conviene a los santos. Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras: todo esto está fuera de lugar. Lo que deben hacer es dar gracias a Dios. Y sépanlo bien: ni el hombre lujurioso, ni el impuro, ni el avaro -que es un idólatra- tendrán parte en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira de Dios sobre los que se resisten a obedecerle. ¡No se hagan cómplices de los que obran así! Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz.

Palabra de Dios.



Comentario

Parece imposible en estos tiempos sustraerse a las groserías y obscenidades que por todos lados se ven y escuchan. El consejo de la carta es, simplemente, no dar lugar a eso; dicho coloquialmente: "no engancharse". Estamos llamados a cosas mejores, más dignas de nuestra condición.



SALMO

Sal 1, 1-4. 6

R. ¡Vivamos como hijos de la luz!

¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! R.

Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.

No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento, porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.



EVANGELIO

Lc 13, 10-17

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás sanada de tu enfermedad", y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en sábado, dijo a la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse sanar, y no el sábado". El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser liberada de sus cadenas el día sábado?". Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaban de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.

Palabra del Señor.



Comentario

El sábado fue instituido como día de descanso y alabanza (ver Éx 20, 8). Los maestros de la Ley, con sus agregados, comentarios e interpretaciones, habían convertido el sábado en una carga más, como la que llevaba esta mujer. Jesús sanador le da a esta mujer el descanso después de 18 años de enfermedad, y posibilita que ella glorifique a Dios participando de la asamblea. Así nos libera de nuestras enfermedades y nos endereza para que ninguna carga nos agobie, y mucho menos, las cargas que se quieren hacer pasar por leyes religiosas.

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