martes, 28 de septiembre de 2010

Misa a elección. Feria. Verde. - San Wenceslao, mártir. (ML). Rojo. - Santos Lorenzo Ruiz y compañeros, mártires. (ML). Rojo.

Lorenzo formaba parte de un grupo de misioneros que, desde Filipinas, evangelizaron Japón. Eran en total 16 personas, de distintas edades y condiciones, pertenecientes o asociados a la Orden de Santo Domingo. Lorenzo era padre de familia y fue martirizado en el año 1637.

LECTURA

Jb 3, 1-3. 11-17. 20-23

Lectura del libro de Job.

Job rompió el silencio y maldijo el día de su nacimiento. Tomó la palabra y exclamó: ¡Desaparezca el día en que nací y la noche que dijo: "Ha sido engendrado un varón"! ¿Por qué no me morí al nacer? ¿Por qué no expiré al salir del vientre materno? ¿Por qué me recibieron dos rodillas y dos pechos me dieron de mamar? Ahora yacería tranquilo, estaría dormido y así descansaría, junto con los reyes y consejeros de la tierra que se hicieron construir mausoleos, o con los príncipes que poseían oro y llenaron de plata sus moradas. O no existiría, como un aborto enterrado, como los niños que nunca vieron la luz. Allí, los malvados dejan de agitarse, allí descansan los que están extenuados. ¿Para qué dar a luz a un desdichado y la vida a los que están llenos de amargura, a los que ansían en vano la muerte y la buscan más que a un tesoro, a los que se alegrarían de llegar a la tumba y se llenarían de júbilo al encontrar un sepulcro, al hombre que se le cierra el camino y al que Dios tiene acorralado por todas partes?

Palabra de Dios.



Comentario

¡Cuántas veces habremos gritado estas mismas palabras de Job en momentos de gran dolor y sufrimiento! Este hombre, tan humano como nosotros, nos enseña a hablar con la verdad de nuestra realidad, sin ocultarla ni a Dios ni a nosotros. Este hombre se atreve a decirle a Dios lo que en verdad siente. ¿Y nosotros? ¿Aparentamos frente a Dios una oración que está lejos de ser expresión de nuestra realidad?



SALMO

Sal 87, 2-8

R. ¡Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor!

¡Señor, mi Dios y mi salvador, día y noche estoy clamando ante ti: que mi plegaria llegue a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor! R.

Porque estoy saturado de infortunios, y mi vida está al borde del Abismo; me cuento entre los que bajaron a la tumba, y soy como un hombre sin fuerzas. R.

Yo tengo mi lecho entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, como aquéllos en los que tú ya ni piensas, porque fueron arrancados de tu mano. R.

Me has puesto en lo más hondo de la fosa, en las regiones oscuras y profundas; tu indignación pesa sobre mí, y me estás ahogando con tu oleaje. R.



EVANGELIO

Lc 9, 51-56

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?" Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.

Palabra del Señor.



Comentario

El comienzo de este texto es muy significativo: Jesús decide por sí mismo ir a Jerusalén, y de esta manera cumplirá el proyecto de Dios. Es que nuestra libertad deberá estar siempre a disposición del proyecto de Dios.

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