miércoles, 22 de septiembre de 2010

De la feria. Verde.

LECTURA

Prov 30, 5-9

Lectura del libro de los Proverbios.

Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él. No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso. Hay dos cosas que yo te pido, no me las niegues antes que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria, no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: "¿Quién es el Señor?", o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el Nombre de mi Dios.

Palabra de Dios.



Comentario

Este hombre pide lo necesario para no perder su dignidad. Tener un trabajo lo haría digno en verdad, y no lo llevaría a la delincuencia. Con él, muchos hermanos nuestros también claman por algo similar. Muchos hermanos no quieren llegar a robar para comer, ni quieren hacer daño a otro para mantener a sus familias. Distribuir las riquezas, el empleo y los beneficios, evitaría muchas situaciones tristes e indignas para todos.



SALMO

Sal 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163

R. ¡Tu palabra es una lámpara para mis pasos, Señor!

Apártame del camino de la mentira, y dame la gracia de conocer tu ley. Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata. R.

Tu palabra, Señor, permanece para siempre, está firme en el cielo. Yo aparto mis pies del mal camino, para cumplir tu palabra. R.

Tus preceptos me hacen comprender: por eso aborrezco el camino de la mentira. Odio y aborrezco la mentira; en cambio, amo tu ley. R.



EVANGELIO

Lc 9, 1-6

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes.

Palabra del Señor.



Comentario

El anuncio del evangelio no es algo de lo cual podamos adueñarnos, ni depende de nuestras decisiones. Es un llamado, y un envío de Jesús. Ahora bien, cuando lo aceptamos, aceptamos también sus consecuencias, como es asumir una vida de pobreza y dependencia.

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