lunes, 6 de septiembre de 2010

De la feria. Verde.

LECTURA

1Cor 5, 1-8

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Es cosa pública que se cometen entre ustedes actos deshonestos, como no se encuentran ni siquiera entre los paganos, ¡a tal extremo que uno convive con la mujer de su padre! ¡Y todavía se enorgullecen, en lugar de estar de duelo para que se expulse al que cometió esa acción! En lo que a mí respecta, estando ausente con el cuerpo pero presente con el espíritu, ya lo he juzgado, como si yo mismo estuviera allí. Es necesario que ustedes y yo nos reunamos espiritualmente, en el nombre y con el poder de nuestro Señor Jesús, para que este hombre sea entregado a Satanás: así se perderá su carne, pero se salvará su espíritu en el Día del Señor. ¡No es como para gloriarse! ¿No saben que "un poco de levadura hace fermentar toda la masa"? Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.

Palabra de Dios.



Comentario

San Pablo ordena a la comunidad que señale al pecador para que éste se convierta. La comunidad toda debe velar para que cada uno de sus integrantes se mantenga fiel a Cristo. En esto también se muestra el amor que nos tenemos unos a otros: en la corrección fraterna, para que toda la Iglesia crezca en santidad.



SALMO

Sal 5, 5-7. 12

R. ¡Guíame, por tu justicia, Señor!

Tú no eres un Dios que ama la maldad; ningún impío será tu huésped, ni los orgullosos podrán resistir delante de tu mirada. R.

Tú detestas a los que hacen el mal y destruyes a los mentirosos. ¡Al hombre sanguinario y traicionero lo abomina el Señor! R.

Así se alegrarán los que en ti se refugian y siempre cantarán jubilosos; tú proteges a los que aman tu Nombre, y ellos se llenarán de gozo. R.



EVANGELIO

Lc 6, 6-11

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". Él se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?" Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". Él la extendió y su mano quedó sana. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

Palabra del Señor.



Comentario

En continuidad con el texto leído la semana pasada, donde la necesidad era el hambre, aquí la necesidad es la salud. Y otra vez, los que se amparan en la ley para no sostener la vida, están prontos a sancionar cualquier falta. Pero el razonamiento de Jesús es incuestionable: toda ley debe estar puesta para encaminarnos hacia el bien y para sostener la vida de los más débiles.

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