miércoles, 21 de julio de 2010

Miércoles 21 de julio de 2010

Misa a elección. Feria. Verde. San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco.

Nació en el año 1559 en Brindis (Italia). Se hizo fraile capuchino, enseñó Teología a sus hermanos de religión y desempeñó en la Orden otros cargos de responsabilidad. Hombre de gran cultura y conocedor de idiomas, recorrió Europa predicando. Puso especial empeño en la conversión de judíos, musulmanes y protestantes. Sirvió a la Iglesia con algunos encargos diplomáticos, y murió en 1619 mientras cumplía con uno de ellos en Lisboa.

LECTURA
Jer 1, 1. 4-10
Lectura del libro de Jeremías.
Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín. La palabra del Señor llegó a mí en estos términos: "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones". Yo respondí: "¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar, porque soy demasiado joven". El Señor me dijo: "No digas: "Soy demasiado joven", porque tú irás adonde Yo te envíe y dirás todo lo que Yo te ordene. No temas delante de ellos, porque Yo estoy contigo para librarte ?oráculo del Señor?". El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: "Yo pongo mis palabras en tu boca. Yo te establezco en este día sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y derribar, para perder y demoler, para edificar y plantar".
Palabra de Dios.

Comentario
"...Pero Dios no admite resistencias cuando se ha formado un plan sobre uno, e impone su voluntad, no sin dar a su profeta un maravilloso viático para el penoso viaje: 'yo estaré contigo' (1, 7). El íntimo sentimiento de la cercanía y presencia divina será lo que sostenga a Jeremías en los duros embates que le aguardan" (José Alonso Días, Jeremías: tú a tú con Dios).

SALMO
Sal 70, 1-6. 15. 17
R. ¡Mi boca anunciará tu salvación, Señor!
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme! Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame. R.
Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza. ¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío! R.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. R.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación. Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. R.

EVANGELIO
Mt 13, 1-9
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y éstas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!".
Palabra del Señor.

Comentario
¡Qué fascinación que ejercía el Maestro desde esa barca! Sería como un maravilloso estrado o palco, desde el cual desgranaba sus palabras justamente como semillas. Hoy, nuevamente, lo escuchamos, lo miramos y esperamos que estas semillas de su palabra fecunden en nosotros.

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