miércoles, 7 de julio de 2010

Jueves 8 - De la feria. Verde.



LECTURA

Os 11, 1-4. 8-9

Lectura de la profecía de Oseas.

Así habla el Señor: Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos. ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.

Palabra de Dios.



Comentario

"Israel ha cometido 'adulterio', ha roto la Alianza; Dios debería juzgarlo y repudiarlo. Pero precisamente en esto se revela que Dios es Dios y no hombre. El amor apasionado de Dios por su pueblo, por el hombre, es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia. El cristiano ve perfilarse ya en esto, veladamente, el misterio de la Cruz: Dios ama tanto al hombre, que, haciéndose hombre él mismo, lo acompaña incluso en la muerte y de este modo, reconcilia la justicia y el amor" (Benedicto XVI, Carta apostólica "Dios es amor", nro, 10).



SALMO

Sal 79, 2-3. 15-16

R. ¡Señor, ven a salvarnos!

Escucha, Pastor de Israel, tú que tienes el trono sobre los querubines, reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.

Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso. R.



EVANGELIO

Mt 10, 7-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús envió a sus doce apóstoles, diciéndoles: "Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad".

Palabra del Señor.



Comentario

Toda la obra que Jesús indica a los discípulos consiste en cosas buenas: expulsar el mal, llevar vida y salud, anunciar el Reino, desear la paz, y además, hacerlo gratis. ¿Quién se resistiría a que lo curen o le traigan alegría a su vida? Y sin embargo, Jesús nos profetiza que habrá quienes se resistan al bien; habrá quienes prefieran el odio a la paz. No nos desalentemos, y sigamos anunciando.

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