Misa a elección. Feria. Verde. -
San Paulino de Nola, obispo. (ML). Blanco. -
Santos Juan Fisher, obispo, y Tomás Moro, mártires. (ML). Rojo.
LECTURA
2Cor 12, 1-10
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos:
¿Hay que seguir gloriándose? Aunque no esté bien, pasaré a las visiones
y revelaciones del Señor. Conozco a un discípulo de Cristo que hace
catorce años ?no sé si con el cuerpo o fuera de él, ¡Dios lo sabe!? fue
arrebatado al tercer cielo. Y sé que este hombre ?no sé si con el cuerpo
o fuera de él, ¡Dios lo sabe!? fue arrebatado al paraíso, y oyó
palabras inefables que el hombre es incapaz de repetir. De ese hombre
podría jactarme, pero en cuanto a mí, sólo me glorío de mis debilidades.
Si quisiera gloriarme, no sería un necio, porque diría la verdad; pero
me abstengo de hacerlo, para que nadie se forme de mí una idea superior a
lo que ve o me oye decir. Y para que la grandeza de las revelaciones no
me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás
que me hiere. Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me
respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la
debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para
que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis
debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y
en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.
Comentario
"Esta
espina o aguijón se refiere a algo que causa dolor y quizá también
humillación a Pablo. Sea este el rechazo que sus hermanos de raza tienen
por Cristo, sea una enfermedad personal visible, lo importante es que
el mismo Apóstol no está exento de escandalizarse por su propia vida. Se
trata de un golpe constante para Pablo, es una expresión visible y
evidente de su debilidad. Y es en ella donde Dios aprovecha para mostrar
su fuerza" (Eduardo de la Serna, Comentario Bíblico Latinoamericano,
Ed. Verbo Divino).
SALMO
Sal 33, 8-13
R. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
El
Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y
vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en él se refugian! R.
Teman
al Señor, todos sus santos, porque nada faltará a los que lo temen. Los
ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no
carecen de nada. R.
Vengan,
hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del Señor. ¿Quién es el
hombre que ama la vida y desea gozar de días felices? R.
EVANGELIO
Mt 6, 24-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Dijo
Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque
aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y
menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por
eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o
qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No
vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan
en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta.
¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que
se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por
qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van
creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el
esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así
la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego,
¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten
entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos
vestiremos?". Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El
Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen
primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por
añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará
por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús
nos dice: "¡Miren! ¡Abran los ojos!". La providencia de nuestro buen
Padre es evidente en el mundo. No hay realidad, por mínima que sea,
donde Dios no esté actuando. Todo es una exhortación para que, desde una
mirada contemplativa, el corazón se afiance sereno en Dios.
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