12º durante el año. Verde.
LECTURA
Zac 12, 10-11; 13, 1
Lectura de la profecía de Zacarías.
Así
habla el Señor: Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes
de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplica; y ellos mirarán hacia
mí. En cuanto al que ellos traspasaron, se lamentarán por él como por un
hijo único y lo llorarán amargamente como se llora al primogénito.
Aquel día, habrá un gran lamento en Jerusalén, como el lamento de Hadad
Rimón, en la llanura de Meguido. Aquel día, habrá una fuente abierta
para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, a fin de lavar
el pecado y la impureza.
Palabra de Dios.
Comentario
Dios
no es mezquino. Su gracia, como agua viva, se derrama en abundancia,
sin medir ni regatear. Ese amor abundante de Dios se mostró en Jesús.
Cuando contemplamos a Jesús, vemos el cumplimiento de las profecías y la
realización del amor de Dios en esta tierra.
SALMO
Sal 62, 2-6. 8-9
R. Mi alma tiene sed de ti, Señor, Dios mío.
Señor,
tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti,
por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua. R.
Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria. Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán. R.
Así
te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre. Mi alma
quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará con
júbilo en los labios. R.
Veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas. Mi alma está unida a ti, tu mano me sostiene. R.
SEGUNDA LECTURA
Gál 3, 26-29
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos:
Todos ustedes, por la fe, son hijos de Dios en Cristo Jesús, porque
habiendo sido bautizados en Cristo, han quedado revestidos de Cristo.
Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón
ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús. Y si
pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en
virtud de la promesa.
Palabra de Dios.
Comentario
La
fe común en Cristo anula todas las diferencias de raza, de sexo o de
clase social. Esta es la nueva situación "en Cristo". Si los muros han
caído, la nueva realidad es la fraternidad y la concordia. Pidamos al
Espíritu Santo que acreciente esta unidad.
EVANGELIO
Lc 9, 18-24
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un
día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les
preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron:
"Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de
los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó,
¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú
eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo
anunciaran a nadie, diciéndoles: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho,
ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser
condenado a muerte y resucitar al tercer día". Después dijo a todos:
"El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz
cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y
el que pierda su vida por mí, la salvará".
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús,
en su camino, experimentó el rechazo y la violencia. No nos promete
algo distinto para nosotros. Pero nos profetiza que así como le ocurrió a
él, también a nosotros el camino de la cruz nos resultará, finalmente,
una ganancia. Del camino al encuentro, de la muerte a la vida, de la
cruz a la resurrección, esa es también nuestra Pascua.
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