miércoles, 15 de mayo de 2013

Misa a elección. Feria. Blanco. - San Isidro, labrador. (ML). Blanco
Isidro fue un trabajador rural que sirvió en diversas haciendas en España. Finalmente, se estableció en una finca donde fue reconocido por su laboriosidad y su honradez. Es un ejemplo de laico que vivió la espiritualidad cristiana en la tarea cotidiana. Es el patrono de los labradores.
LECTURA
Hech 20, 28-38
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Pablo decía a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: "Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre. Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. Y aun de entre ustedes mismos surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas. Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes. Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados. En cuanto a mí, no he deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie. Ustedes saben que con mis propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros. De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las palabras del Señor Jesús: 'La felicidad está más en dar que en recibir'". Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos. Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente, apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco.
Palabra de Dios.

Comentario
En este discurso de despedida, Pablo hace una reseña de su misión. Aquí recuerda también "que con mis propias manos he atendido a mis necesidades". Con esto se refiere a su oficio de tejedor y a la práctica que mantuvo durante la misión: siguió viviendo de su trabajo, para no ser una carga y mantener su libertad. Para él, este modo de ejercer la tarea pastoral fue su compromiso y la muestra de su amor sincero.

SALMO
Sal 67, 29-30. 33-36
R. ¡Pueblos de la tierra, canten al Señor! O bien: Aleluya.
Tu Dios ha desplegado tu poder: ¡sé fuerte, Dios, Tú que has actuado por nosotros! A causa de tu Templo, que está en Jerusalén, los reyes te presentarán tributo. R.
¡Canten al Señor, reinos de la tierra, entonen un himno al Señor, al que cabalga por el cielo, por el cielo antiquísimo! R.
Él hace oír su voz poderosa, ¡reconozcan el poder del Señor! Su majestad brilla sobre Israel y su poder, sobre las nubes. R.

EVANGELIO
Jn 17, 6a. 11b-19
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo: "Padre santo, manifesté tu nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Cuida en tu Nombre a todos los que me diste para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, Yo los cuidaba en tu Nombre a los que me diste; los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mí gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, Yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad".
Palabra del Señor.

Comentario
En esta parte de las palabras de la última cena, Jesús ya no se dirige a los discípulos sino que habla directamente con el Padre. Este capítulo recibe el nombre de "oración sacerdotal" porque Jesús reza por "los suyos" y ofrece su sacrificio para santificarlos. Releamos lentamente las palabras de esta oración: Jesús las pronunció por cada uno de nosotros.

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