María, Madre de la Iglesia. (MO). Blanco.
"Esta
maternidad de María en la economía de gracia perdura sin cesar desde el
momento del asentimiento que prestó fielmente en la Anunciación, y que
mantuvo sin vacilar al pie de la cruz hasta la consumación perpetua de
todos los elegidos. Pues, asunta a los cielos, no ha dejado esta misión
salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos
los dones de la salvación eterna. Con su amor materno se cuida de los
hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y hallan en peligros y
ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este
motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de
Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin embargo, ha de
entenderse de tal manera que no reste ni añada a la dignidad y eficacia
de Cristo, único Mediador" (Lumen Gentium, 62).
LECTURA
Hech 1, 12-14
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Después
que Jesús subió al cielo, los apóstoles regresaron del monte de los
Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está
permitida recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a
la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés,
Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el
Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se
dedicaban a la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la
madre de Jesús, y de sus hermanos.
Palabra de Dios.
Comentario
"Después
de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo, se reúnen en torno a
su Madre los que representaban a la familia de Jesús según la carne,
"los hermanos", y los que representaban la familia en la fe, "los
discípulos y las mujeres que le seguían". María, fiel a Cristo hasta la
cruz, participa de su gloria, viendo reunidos en torno a ella a los
rescatados por su Hijo. Su gloria es su nueva maternidad. Esta es la
última imagen de María que nos ofrece la Escritura en su vida terrena:
María, la madre de Jesús, en medio de los discípulos constantes en la
oración. Es la presencia orante en el corazón de la Iglesia naciente"
(http://mercaba.org/FICHAS/MAR%C3%8DA/Emiliano/299-324_perseveraban_enla_oracion.htm)
SALMO
Jdt 13, 18-19
R. ¡Tú eres el honor de nuestra raza!
Que
el Dios Altísimo te bendiga, hija mía, más que a todas las mujeres de
la tierra; y bendito sea el Señor Dios, creador del cielo y de la
tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado y siempre recordarán el poder de Dios. R.
EVANGELIO
Jn 19, 25-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Junto
a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María,
mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella
al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu
hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde
aquella Hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
Comentario
Recibimos
a María en nuestra casa cuando en verdad somos discípulos de Jesús y
nos hacemos uno con él. María es madre nuestra porque nos identificamos
con Cristo, su Hijo. Por tanto, mientras más nos unamos a Jesús,
recibiremos su herencia con mayor amor y agradecimiento.
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