sábado, 11 de mayo de 2013

De la feria. Blanco.
LECTURA
Hech 18, 23-28
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Después de haber permanecido un tiempo en Antioquía, Pablo partió de nuevo y recorrió sucesivamente la región de Galacia y la Frigia, animando a todos los discípulos. Un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, había llegado a Éfeso. Era un hombre elocuente y versado en las Escrituras. Había sido iniciado en el Camino del Señor y, lleno de fervor, exponía y enseñaba con precisión lo que se refiere a Jesús, aunque no conocía otro bautismo más que el de Juan Bautista. Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después de oírlo, Priscila y Aquila lo llevaron con ellos y le explicaron más exactamente el Camino de Dios. Como él pensaba ir a Acaya, los hermanos lo alentaron, y escribieron a los discípulos para que lo recibieran de la mejor manera posible. Desde que llegó a Corinto fue de gran ayuda, por la gracia de Dios, para aquéllos que habían abrazado la fe, porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías.
Palabra de Dios.

Comentario
Hace un par de días, el texto nos presentaba a Priscilla y Aquila, un matrimonio trabajador que compartía su vida y su tarea con san Pablo. Aquí los vemos ejerciendo su rol de catequistas: ellos perciben que Apolo no está consolidado en el camino de la fe, y por eso le exponen con solvencia la enseñanza de Jesucristo. Esta tarea de Priscilla y Aquila se renueva hoy en tantos matrimonios catequistas, ministros y agentes de pastoral, que acompañan en el crecimiento de la fe a las personas de la comunidad.

SALMO
Sal 46, 2-3. 8-10
R. ¡El Señor es el Rey de toda la tierra! O bien: Aleluya.
Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra. R.
El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El Señor reina sobre las naciones, el Señor se sienta en su trono sagrado. R.
Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham: del Señor son los poderosos de la tierra, y él se ha elevado inmensamente. R.

EVANGELIO
Jn 16, 23b-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre".
Palabra del Señor.

Comentario
Jesús ya está glorificado junto al Padre. Pedir en su nombre, pedir "en el nombre de Jesús" es unirnos a él en nuestra condición de hijos e hijas muy queridos. Y, con la confianza y la espontaneidad de los chicos frente a sus padres, presentar nuestra petición.

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