Día V dentro de la Octava de Navidad. Blanco.
Tomás
nació en Londres en 1118. Fue secretario de esa diócesis y
administrador de los bienes eclesiásticos. Una vez nombrado obispo,
comenzó una vida de austeridad y se enfrentó duramente con el rey
Enrique II. Supo mantenerse libre frente a las exigencias de éste,
consideradas por Tomás como un atropello a la Iglesia. Finalmente,
enviados del rey lo mataron en la Catedral, junto al altar de la Virgen.
LECTURA
1Jn 2, 3-11
Lectura de la primera carta de san Juan.
Queridos
hermanos: La señal de que conocemos a Dios, es que cumplimos sus
mandamientos. El que dice: "Yo lo conozco", y no cumple sus
mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquel
que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su
plenitud. Ésta es la señal de que vivimos en él. El que dice que
permanece en él, debe proceder como él. Queridos míos, no les doy un
mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde
el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes
oyeron. Sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es
verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya
brilla la verdadera luz. El que dice que está en la luz y no ama a su
hermano, está todavía en las tinieblas. El que ama a su hermano
permanece en la luz y nada lo hace tropezar. Pero el que no ama a su
hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va,
porque las tinieblas lo han enceguecido.
Palabra de Dios.
Comentario
En
Navidad, todo se adorna con luces: en los negocios, las casas y las
calles. Esas luces simbolizan a la Luz, que llega hasta nosotros. Así
como cada rincón está iluminado en estos días de Navidad, qué hermoso
sería que así estuviera iluminado cada corazón, en cada rincón, para que
hagamos las obras buenas, las obras de la luz.
SALMO
Sal 95, 1-3. 5b-6
R. Alégrese el cielo y exulte la tierra.
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R.
El Señor hizo el cielo; en su presencia hay esplendor y majestad, en su Santuario, poder y hermosura. R.
EVANGELIO
Lc 2, 22-35
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando
llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron
al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la
Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor". También debían
ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como
ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado
Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El
Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de
ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo,
y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las
prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios,
diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como
lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste
delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y
gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por
lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María,
la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en
Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te
atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos
íntimos de muchos".
Palabra del Señor.
Comentario
La
espada es signo de la Palabra de Dios. Penetra, divide y deja ver
nuestro interior. Por eso el anciano Simeón dice "se manifestarán
claramente los pensamientos de muchos". La llegada de Jesús obliga a
tomar una decisión y una posición, hay que discernir "de qué lado
estar". Con María, con José, con Simeón, queremos estar del lado de
Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario