De la feria. Misa del día 17. Morado.
Hasta
ayer, día 16 de diciembre, el Adviento nos exhortaba a mirar hacia el
futuro, a la segunda y definitiva venida de Jesús que instaura el Reino
de Dios. A partir de hoy y hasta la Navidad, las lecturas de la Sagrada
Escritura hacen memoria de la primera venida de Jesús, encarnado como un
ser humano en nuestra tierra. Durante estos días, todas aquellas
personas que vivieron fuertemente la expectativa por la llegada del
Mesías ?Zacarías, Isabel, José y María? aparecen como protagonistas en
los textos que nos ofrece la liturgia.
LECTURA
Gn 49, 1-2. 8-10
Lectura del libro del Génesis.
Jacob
llamó a sus hijos y les habló en estos términos: "Reúnanse, para que yo
les anuncie lo que les va a suceder en el futuro: Reúnanse y escuchen,
hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre. A ti, Judá, te alabarán tus
hermanos, tomarás a tus enemigos por la nuca y los hijos de tu padre se
postrarán ante ti. Judá es un cachorro de león. ?¡Has vuelto de la
matanza, hijo mío!?. Se recuesta, se tiende como un león, como una
leona: ¿quién lo hará levantar? El cetro no se apartará de Judá ni el
bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue Aquel a quien le
pertenece y a quien los pueblos deben obediencia".
Palabra de Dios.
Comentario
La
tribu de Judá ejercía la soberanía y el mando sobre sus hermanos. Entre
sus atributos figuraba el cetro, el bastón de mando. De la tribu de
Judá, nació David, y siglos más tarde, Jesús. A él le corresponde la
soberanía y el mando sobre todos los reyes de la tierra.
SALMO
Sal 71, 1-4ab. 7-8. 17
R. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede,
Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para
que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Que
las montañas traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; que
él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos de los
pobres. R.
Que en
sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna;
que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de
la tierra. R.
Que
perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que
él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo
proclamen feliz. R.
EVANGELIO
Mt 1, 1-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía
de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de
Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de éstos fue Tamar. Fares
fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab;
Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de
Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre
de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David.
David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la que había sido
mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías;
Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám;
Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz;
Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre
de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus
hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en
Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de
Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de
Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de
Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació
Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo
tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David
hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el
destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Palabra del Señor.
Comentario
Esta
lista de nombres da cuenta de la pertenencia de Jesús a un pueblo y a
una historia. En esa historia, el tener o no un rey era un factor
determinante: desde Abraham hasta David, no hubo reyes; desde David
hasta el destierro, la dinastía de David gobernó sobre el reino de Judá;
y desde el destierro hasta Jesús, ya no gobernó la descendencia
davídica, y el pueblo estuvo bajo el control de diversos imperios
extranjeros. A esa historia, con sus idas y vueltas, con sus triunfos y
fracasos, llegó Jesús como Rey.
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