lunes, 17 de diciembre de 2012

De la feria. Misa del día 17. Morado.
Hasta ayer, día 16 de diciembre, el Adviento nos exhortaba a mirar hacia el futuro, a la segunda y definitiva venida de Jesús que instaura el Reino de Dios. A partir de hoy y hasta la Navidad, las lecturas de la Sagrada Escritura hacen memoria de la primera venida de Jesús, encarnado como un ser humano en nuestra tierra. Durante estos días, todas aquellas personas que vivieron fuertemente la expectativa por la llegada del Mesías ?Zacarías, Isabel, José y María? aparecen como protagonistas en los textos que nos ofrece la liturgia.
LECTURA
Gn 49, 1-2. 8-10
Lectura del libro del Génesis.
Jacob llamó a sus hijos y les habló en estos términos: "Reúnanse, para que yo les anuncie lo que les va a suceder en el futuro: Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, oigan a Israel, su padre. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tomarás a tus enemigos por la nuca y los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Judá es un cachorro de león. ?¡Has vuelto de la matanza, hijo mío!?. Se recuesta, se tiende como un león, como una leona: ¿quién lo hará levantar? El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue Aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia".
Palabra de Dios.

Comentario
La tribu de Judá ejercía la soberanía y el mando sobre sus hermanos. Entre sus atributos figuraba el cetro, el bastón de mando. De la tribu de Judá, nació David, y siglos más tarde, Jesús. A él le corresponde la soberanía y el mando sobre todos los reyes de la tierra.

SALMO
Sal 71, 1-4ab. 7-8. 17
R. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos de los pobres. R.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz. R.

EVANGELIO
Mt 1, 1-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
Palabra del Señor.

Comentario
Esta lista de nombres da cuenta de la pertenencia de Jesús a un pueblo y a una historia. En esa historia, el tener o no un rey era un factor determinante: desde Abraham hasta David, no hubo reyes; desde David hasta el destierro, la dinastía de David gobernó sobre el reino de Judá; y desde el destierro hasta Jesús, ya no gobernó la descendencia davídica, y el pueblo estuvo bajo el control de diversos imperios extranjeros. A esa historia, con sus idas y vueltas, con sus triunfos y fracasos, llegó Jesús como Rey.

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