domingo, 22 de agosto de 2010

21º domingo durante el año. Verde.

PRIMERA LECTURA

Is 66, 18-21

Lectura del libro de Isaías

Así habla el Señor: Yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria. Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones extranjeras, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios ?dice el Señor? como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas, dice el Señor.

Palabra de Dios.



Comentario

Jerusalén es presentada en estas palabras como el punto hacia el cual confluirán todas las naciones: es una ciudad con vocación de universalidad. Jesús caminará hasta Jerusalén para concretar allí la obra salvífica. Y desde allí, Jesucristo Resucitado atraerá a todos los pueblos.



SALMO

Sal 116, 1-2

R. Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio.

¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos! R.

Es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre. R.



SEGUNDA LECTURA

Heb 12, 5-7. 11-13

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos: Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos suyos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes. Porque el Señor corrige al que ama y castiga a todo aquel que recibe por hijo. Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre? Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella. Por eso, "que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean. Y ustedes, avancen por un camino llano", para que el rengo no caiga, sino que se sane.

Palabra de Dios.



Comentario

Estas palabras son una exhortación a ponernos de pie. Muchas veces caemos. Pensemos entonces que Dios actúa con nosotros como un padre o una madre. No nos pone zancadillas en el camino, ni se ofusca por nuestros tropiezos. Está allí para levantarnos.



EVANGELIO

Lc 13, 22-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". Él respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'. Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'. Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".

Palabra del Señor.



Comentario

"Jesús continúa su viaje a Jerusalén y hacia la cruz, pasando por pueblos y aldeas en los que enseñaba y confiando plenamente en la victoria del Reino de Dios. En este contexto, uno pregunta a Jesús: 'Señor, ¿serán pocos los que se salven?'. La respuesta de Jesús exhorta al esfuerzo deliberado y a la entrega determinada, porque la puerta es estrecha. El término 'esforzaos' traduce una palabra griega de la que se deriva el vocablo 'agonía'. La lucha por entrar tiene que estar tan singularmente motivada y centrada que se pueda describir como la agonía que implica a toda la persona. No podemos quedarnos estancados en nuestra fidelidad al Reino de Dios: si no avanzamos, retrocedemos" (Samuel Oyin Abogunrin, Comentario Bíblico Internacional, Ed. Verbo Divino).

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