miércoles, 2 de enero de 2013

Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno., - obispos y doctores de la Iglesia. (MO). Blanco. - Tiempo de Navidad.
San Basilio nació en el año 330. Durante algunos años, vivió la experiencia solitaria del desierto, hasta que fue convocado para ser obispo de Cesarea. En su tarea pastoral, se destacó como un gran predicador, y hoy se conservan muchas de sus homilías. San Gregorio Nacianceno, amigo de Basilio, también realizó la experiencia de la vida eremítica en el desierto. Se destacó como un gran teólogo. Ambos participaron activamente en el Concilio de Constantinopla (año 381), redactaron una obra de espiritualidad llamada Filocalia y dieron gran impulso a la vida monacal.
LECTURA
1Jn 2, 22-28
Lectura de la primera carta de san Juan.
Hijos míos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre. En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre. La promesa que él nos hizo es ésta: la Vida eterna. Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos. Pero la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Y ya que esa unción los instruye en todo y ella es verdadera y no miente, permanezcan en él, como ella les ha enseñado. Sí, permanezcan en él, hijos míos, para que cuando él se manifieste, tengamos plena confianza, y no sintamos vergüenza ante él en el Día de su Venida.
Palabra de Dios.

Comentario
"Lo que hemos oído" es la Buena Noticia que nos han transmitido quienes nos señalaron el camino de la fe: padres, padrinos, catequistas, sacerdotes y todas aquellas personas que nos han hecho el gran regalo de compartir con nosotros su creencia. Recordar "lo que hemos oído" fortalece nuestra fe, aunque a nuestro alrededor se multipliquen doctrinas extrañas y palabras falsas.

SALMO
Sal 97, 1-4
R. ¡EL Señor manifestó su victoria!
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. R.

EVANGELIO
Jn 1, 19-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Éste es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?". Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías". "¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió. Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?". Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías". Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías ni el Profeta?". Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: Él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia". Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.

Comentario
La autenticidad del testimonio de Juan está no solo en lo que dice acerca de Jesús, sino en cómo se presenta a sí mismo. Un profeta o un predicador que busque ponerse por encima de aquel a quien anuncia, ciertamente será un impostor o un aprovechador. Juan, como los verdaderos profetas, nos hace poner la mirada en Jesús.

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