El Bautismo del Señor. (F). Blanco. -
Tiempo de Navidad.
Esta fiesta es también
una "epifanía", una "manifestación". Dios creador se manifestó en el
comienzo en el Espíritu, que soplaba sobre las aguas. De esta misma
manera, en el bautismo de su Hijo, el Espíritu Santo recrea sobre las
aguas del Jordán a la humanidad toda. Con esta fiesta damos por
concluido el tiempo litúrgico de la Navidad y comenzamos el "tiempo
ordinario" o "tiempo durante el año", en el cual no se celebra ningún
aspecto concreto del misterio de Cristo, sino que se procura profundizar
el conjunto de la historia de salvación.
LECTURA
Is 40, 1-5. 9-11
Lectura del libro de Isaías.
¡Consuelen,
consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y
anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está
pagada, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus
pecados. Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del
Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se
rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que
las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en
planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres
la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor. Súbete a una
montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con
fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin
temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!". Ya llega el
Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su
victoria lo acompaña y su recompensa lo precede. Como un pastor, él
apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los
corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
Palabra de Dios.
Comentario
"Esta
parte del libro de Isaías se abre con un grito de consuelo a un pueblo
que gime en el destierro: ha terminado el tiempo de la esclavitud. Es el
anuncio feliz de la visita de Dios que pone en movimiento a los
desterrados. El profeta ve a Dios caminar delante de su pueblo, en
marcha hacia la patria definitiva" (comentario de la Sagrada Biblia,
Conferencia Episcopal Española).
SALMO
Sal 103, 1b-4. 24-25. 27-30
R. ¡Bendice al Señor, alma mía!
¡Señor,
Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te
envuelves con un manto de luz. Tú extendiste el cielo como un toldo. R.
Construiste
tu mansión sobre las aguas. Las nubes te sirven de carruaje y avanzas
en alas del viento. Usas como mensajeros a los vientos, y a los
relámpagos, como ministros. R.
¡Qué
variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la
tierra está llena de tus criaturas! Allí está el mar, grande y dilatado,
donde se agitan, en número incontable, animales grandes y pequeños. R.
Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo: se la das, y ellos la recogen; abres tu mano, y quedan saciados. R.
Si
escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y
vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la
superficie de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
Tit 2, 11-14; 3, 4-7
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito.
Querido
hijo: La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los
hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los
deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia
y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de
la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó
por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear
para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien. Pero
cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a
los hombres, no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino
solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos renacer por el
bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó abundantemente
ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, a
fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos
de la Vida eterna.
Palabra de Dios.
Comentario
La
gracia de Dios ya se ha manifestado. Su amor por la humanidad se ha
hecho patente en Jesucristo, y permanece en nosotros por la obra del
Espíritu. Con esta convicción y viviendo junto a él, aguardamos la
manifestación futura, la realización plena de nuestra condición de hijos
e hijas de Dios.
EVANGELIO
Lc 3, 15-16. 21-22
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Como
el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan
Bautista no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los
bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni
siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los
bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego". Todo el pueblo se hacía
bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se
abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal,
como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo
muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús
compartió las expectativas de su pueblo, y por eso, como todos, se hizo
bautizar. Hoy también el pueblo tiene muchas expectativas. Algunos
falsos profetas aprovechan eso para hacer su negocio. Hagamos realidad
nuestra condición de bautizados compartiendo el anhelo de Dios, deseo
que está en muchos corazones, y hagámosles llegar la Buena Noticia.
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