De la feria. Verde.
LECTURA
Heb 10, 11-18
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
Los sacerdotes del culto antiguo se presentan diariamente para cumplir
su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son
totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después
de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para
siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos
debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, él ha
perfeccionado para siempre a los que santifica. El Espíritu Santo
atestigua todo esto, después de haber anunciado: "Ésta es la Alianza que
haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Yo pondré mis
leyes en su corazón y las grabaré en su conciencia, y no me acordaré más
de sus pecados ni de sus iniquidades". Y si los pecados están
perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna otra
oblación.
Palabra de Dios.
Comentario
"Así
pues, al mismo tiempo que un aspecto pasivo (Cristo ha sido hecho
perfecto, ha recibido el sacerdocio), la pasión presenta un aspecto
activo: Cristo nos ha hecho perfectos, nos ha comunicado el sacerdocio.
La razón de esta novedad se comprende fácilmente: la consagración
sacerdotal de Cristo no se realizó, como la de los sumos sacerdotes
judíos, por un ritual de separación, sino por un acontecimiento en el
que llevó hasta el extremo su solidaridad con nosotros. En consecuencia,
la transformación alcanzada no podía restringirse solamente a él ?esto
estaría en contradicción con el acto mismo que la había producido?, sino
que tenía que incluir necesariamente un dinamismo de comunicación"
(Albert Vanhoye, El mensaje de la carta a los Hebreos, Ed. Verbo
Divino).
SALMO
Sal 109, 1-4
R. ¡Tú eres sacerdote para siempre!
Dijo el Señor a mi señor: "Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies". R.
El Señor extenderá el poder de tu cetro: "¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos! R.
Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora". R.
El Señor lo ha jurado y no se retractará: "Tú eres sacerdote para siempre, a la manera de Melquisedec". R.
EVANGELIO
Mc 4, 1-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús
comenzó a enseñar a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a
él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en
ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba
muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
"¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la
semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la
comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no había mucha
tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero
cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó
entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros
granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y
desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento
por uno". Y decía: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!". Cuando se
quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce le
preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: "A
ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio,
para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean,
oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón".
Jesús les dijo: "¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán
entonces todas las demás? El sembrador siembra la Palabra. Los que están
al borde del camino son aquellos en quienes se siembra la Palabra;
pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada
en ellos. Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son
los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero
no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la
tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente
sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que
han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la
seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan
la Palabra, y esta resulta infructuosa. Y los que reciben la semilla en
tierra buena son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al
treinta, al sesenta y al ciento por uno".
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús
siempre desparrama con generosidad las semillas de su Palabra, y pone
su confianza en que la tierra la recibirá. Hoy Jesús vuelve a poner su
confianza en nosotros, espera que su Palabra brote, crezca y dé fruto en
cada uno de sus hermanos.
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