jueves, 26 de julio de 2012

Santos Joaquín y Ana, - padres de la Virgen María. (MO). Blanco.
San Joaquín y santa Ana fueron los padres de la Virgen María, los abuelos de Jesús. Celebrarlos hoy nos descubre otro aspecto de la Encarnación: Jesús se crió en una familia "de carne y hueso" y recibió los mimos y los cuidados que un niño recibe de sus padres, abuelos y parientes. El Protoevangelio de Santiago (un texto no canónico) presenta a Joaquín y Ana como un matrimonio que vivía de acuerdo con la Ley de Dios y confiando en sus promesas.
LECTURA
Ecli 44, 1. 10-15
Lectura del libro del Eclesiástico.
Elogiemos a los hombres ilustres, a los antepasados de nuestra raza, los hombres de bien, cuyas obras de justicia no han sido olvidadas. Con su descendencia se perpetúa la rica herencia que procede de ellos. Su descendencia fue fiel a las alianzas, y también sus nietos, gracias a ellos. Su descendencia permanecerá para siempre, y su gloria no se extinguirá. Sus cuerpos fueron sepultados en paz, y su nombre sobrevive a través de las generaciones. Los pueblos proclaman su sabiduría, y la asamblea anuncia su alabanza.
Palabra de Dios.
Comentario
Como Joaquín y Ana, muchos hombres y mujeres, a lo largo de la historia, fueron fieles al plan de Dios. Ésa es la herencia que nos han dejado, una vida santa y feliz. Hoy es un buen día para que también cada uno de nosotros recuerde a esos "ilustres" que nos han precedido, familiares fallecidos o personas de nuestra comunidad que nos dejaron como herencia su sabiduría y su amor a Dios.
SALMO
Sal 131, 11. 13-14. 17-18
R. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
El Señor hizo un juramento a David, una firme promesa, de la que no se retractará: "Yo pondré sobre tu trono a uno de tus descendientes". R.
Porque el Señor eligió a Sión, y la deseó para que fuera su Morada. "Éste es mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque lo he deseado". R.
Allí haré germinar el poder de David: prepararé una lámpara para mi Ungido; cubriré de vergüenza a sus enemigos, y su insignia real florecerá sobre él". R.
EVANGELIO
Mt 13, 16-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: "Felices los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".
Palabra del Señor.
Comentario
Con Joaquín y Ana, la Iglesia recuerda a muchos justos que esperaban la redención. De generación en generación, se fue transmitiendo la experiencia de un Dios que quiere la salvación para sus hijos e hijas. Y esa salvación llegó a su plenitud en Jesús. ¡Dichosos, nosotros!

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