sábado, 30 de julio de 2011

Misa a elección. Feria. Verde. San Pedro Crisólogo, - obispo y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco.

En el año 430 san Pedro Crisólogo fue nombrado obispo de Rávena , por entonces una de las sedes imperiales más importantes. Fue estrecho colaborador de los Papas y defensor de la doctrina de la Encarnación. Fue un gran hombre de iglesia, y un gran predicador. Se conservan más de ciento cincuenta sermones escritos y predicados por él, con un fuerte acento bíblico.

LECTURA

Lev 25, 1. 8-17

Lectura del libro del Levítico.

El Señor dijo a Moisés sobre la montaña del Sinaí: Deberás contar siete semanas de años ?siete veces siete años? de manera que el período de las siete semanas de años sume un total de cuarenta y nueve años. Entonces harás resonar un fuerte toque de trompeta: el día diez del séptimo mes -el día de la Expiación- ustedes harán sonar la trompeta en todo el país. Así santificarán el quincuagésimo año, y proclamarán una liberación para todos los habitantes del país. Este será para ustedes un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y regresará a su familia. Este quincuagésimo año será para ustedes un jubileo: no sembrarán ni segarán lo que vuelva a brotar de la última cosecha, ni vendimiarán la viña que haya quedado sin podar; porque es un jubileo, será sagrado para ustedes. Sólo podrán comer lo que el campo produzca por sí mismo. En este año jubilar cada uno de ustedes regresará a su propiedad. Cuando vendas o compres algo a tu compatriota, no se defrauden unos a otros. Al comprar, tendrás en cuenta el número de años transcurridos desde el jubileo; y al vender, tu compatriota tendrá en cuenta el número de los años productivos: cuanto mayor sea el número de años, mayor será el precio que pagarás; y cuanto menor sea el número de años, menor será ese precio, porque lo que él te vende es un determinado número de cosechas. No se defrauden unos a otros, y teman a su Dios, porque yo soy el Señor, su Dios.

Palabra de Dios.



Comentario

El año del jubileo tenía como objetivo la justicia y la renovación de los vínculos entre los compatriotas. La liberación de esclavos y la restitución de tierras permitiría que las familias tuvieran lo necesario para vivir. El descanso del suelo, confiando en que Dios proveerá, era un signo de espera en la providencia y un sistema natural de aprovechamiento de los recursos. El año del jubileo nunca se llevó a cabo plenamente. Sin embargo, cumplió la función de recordar al pueblo el ideal de vida al que debía aspirar.



SALMO

Sal 66, 2-3. 5. 7-8

R. ¡Que todos los pueblos te den gracias, Señor!

El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.

Que todos los pueblos te den gracias. Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto: el Señor, nuestro Dios, nos bendice. Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.



EVANGELIO

Mt 14, 1-12

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

La fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: "Éste es Juan Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos". Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: "No te es lícito tenerla". Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, su hija, también llamada Herodías, bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: "Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y ésta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.

Palabra del Señor.



Comentario

La muerte de Juan Bautista deja en claro lo que también le puede ocurrir a Jesús. Predicar como un profeta, estar del lado de los débiles y enfermos, denunciar el pecado y las injusticias, no son actos tolerados por quienes detentan el poder. Y sin embargo, estos poderosos no comprenden que la voz de los profetas, aún después de muertos, sigue resonando en sus seguidores.

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