sábado, 4 de junio de 2011

De la feria. Blanco.

LECTURA

Hech 18, 23-28

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

Después de haber permanecido un tiempo en Antioquía, Pablo partió de nuevo y recorrió sucesivamente la región de Galacia y la Frigia, animando a todos los discípulos. Un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, había llegado a Éfeso. Era un hombre elocuente y versado en las Escrituras. Había sido iniciado en el Camino del Señor y, lleno de fervor, exponía y enseñaba con precisión lo que se refiere a Jesús, aunque no conocía otro bautismo más que el de Juan Bautista. Comenzó a hablar con decisión en la sinagoga. Después de oírlo, Priscila y Aquila lo llevaron con ellos y le explicaron más exactamente el Camino de Dios. Como él pensaba ir a Acaya, los hermanos lo alentaron, y escribieron a los discípulos para que lo recibieran de la mejor manera posible. Desde que llegó a Corinto, fue de gran ayuda, por la gracia de Dios, para aquellos que habían abrazado la fe, porque refutaba vigorosamente a los judíos en público, demostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios.



Comentario

Priscilla y Aquila son un matrimonio catequista. Cuando escuchan a Apolo, perciben que aún le falta una formación más completa y sólida en la fe. Y ellos asumen esta tarea. Como tantos matrimonios de hoy, que llevan adelante la tarea de hacer presente el Reino catequizando y siendo referentes para las comunidades.



SALMO

Sal 46, 2-3. 8-10

R. ¡El Señor es el Rey de toda la tierra! O bien: Aleluya.

Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra. R.

El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El Señor reina sobre las naciones, el Señor se sienta en su trono sagrado. R.

Los nobles de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham: del Señor son los poderosos de la tierra, y él se ha elevado inmensamente. R.



EVANGELIO

Jn 16, 23-28

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo concederá. Hasta ahora, no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre".

Palabra del Señor.



Comentario

"Pidan y recibirán, y tendrán una alegría perfecta". Muchas personas hoy viven tristes y atormentadas. Y, ciertamente, hay muchas situaciones que provocan tristeza y dolor. En medio de todo eso, Jesús nos exhorta a que pidamos la alegría. Pidamos al Padre poder experimentar profundamente su amor, que es lo que nos da esa alegría honda y perfecta.

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