miércoles, 23 de febrero de 2011

San Policarpo, obispo y mártir. (MO). Rojo.

Policarpo fue obispo de Esmirna, un verdadero pastor que guió y enseñó a los fieles. En medio de las persecuciones, escribió una carta a los cristianos de Filipos donde habla del "martirio de la cruz". En su ciudad de Esmirna fue llevado prisionero por una turba de gente que pedía: "Policarpo a la hoguera". Llevado ante el tribunal, se proclamó cristiano y fue condenado a morir en la hoguera, en el año 155. Se conservan los relatos de su prendimiento, juicio y martirio, los cuales constituyen un importante testimonio para ver cómo se llevó adelante la persecución del Imperio Romano contra los cristianos. Esta persecución no solamente fue dirigida por las autoridades, sino que también fue apoyada por la mayoría de la "buena sociedad" romana, que despreciaba a los cristianos por su estilo de vida.

LECTURA

Ecli 4, 11-19

Lectura del libro del Eclesiástico.

La sabiduría encumbra a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que la ama, ama la vida, y los que la buscan ardientemente serán colmados de gozo. El que la posee heredará la gloria, y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá. Los que la sirven rinden culto al Santo y los que la aman son amados por el Señor. El que la escucha juzgará a las naciones y el que le presta atención habitará seguro. El que confía en ella la recibirá en herencia y sus descendientes también la poseerán. Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. Después, volverá a él por el camino recto, lo alegrará y le revelará sus secretos. Si él se desvía, ella lo abandonará y lo dejará librado a su propia caída.

Palabra de Dios.



Comentario

Amar la vida es amar la obra de Dios y eso es fruto de la sabiduría, de poder VER la obra de Dios en el mundo. La sabiduría solo puede conseguirse, entonces, cuando nos reconocemos humildes, y aceptamos que Dios nos muestre su obra, que nos enseñe, y nos dispongamos a ser sus discípulos.



SALMO

Sal 118, 165. 168. 171-172. 174-175

R. ¡Tu ley es mi alegría, Señor!

Los que aman tu ley gozan de una gran paz, nada los hace tropezar. Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones, porque tú conoces todos mis caminos. R.

Que mis labios expresen tu alabanza, porque me has enseñado tus preceptos. Que mi lengua se haga eco de tu promesa, porque todos tus mandamientos son justos. R.

Yo ansío tu salvación, Señor, y tu ley es toda mi alegría. Que yo viva y pueda alabarte, y que tu justicia venga en mi ayuda. R.



EVANGELIO

Mc 9, 38-40

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros".

Palabra del Señor.



Comentario

¡Cuánta gente hace el bien sin pertenecer a ningún grupo religioso! Es importante aunar esfuerzos. Hay muchos males, muchos "demonios", que podríamos sacar trabajando junto a tantos hombres y mujeres que, aunque no creen lo mismo o igual que nosotros, están comprometidos con el bien y la felicidad del prójimo.

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