lunes, 21 de febrero de 2011

Misa a elección. Feria. Verde. San Pedro Damián, - obispo y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco.

Pedro fue monje camaldulense y abad, y en el año 1043 fue nombrado obispo de Ostia. Se dedicó intensamente a purificar la vida de la Iglesia, que en aquellos años se encontraba corrupta por la inmoralidad del clero y los arreglos y disputas que ocurrían entre quienes querían poseer algún cargo eclesiástico. Fue también un gran predicador. Los últimos cuatro años de su vida volvió a la oración y el silencio en el monasterio. El mensaje que a todos daba era: "Que resplandezca en tu rostro la serenidad, en tu mente la alegría y en tu boca la acción de gracias".

LECTURA

Ecli 1, 1-10

Lectura del libro del Eclesiástico.

Toda sabiduría viene del Señor, y está con él para siempre. ¿Quién puede contar la arena de los mares, las gotas de la lluvia y los días de la eternidad? ¿Quién puede medir la altura del cielo, la extensión de la tierra, el abismo y la sabiduría? Antes que todas las cosas fue creada la sabiduría, y la inteligencia previsora desde toda la eternidad. El manantial de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas, y sus canales son los mandamientos eternos. ¿A quién fue revelada la raíz de la sabiduría y quién conoció sus secretos designios? ¿A quién se le manifestó la ciencia de la sabiduría y quién comprendió la diversidad de sus caminos? Sólo uno es sabio, temible en extremo: el Señor, que está sentado en su trono. Él mismo la creó, la vio y la midió, y la derramó sobre todas sus obras: la dio a todos los hombres, según su generosidad, y la infundió abundantemente en aquéllos que lo aman.

Palabra de Dios.



Comentario

Podemos crecer mucho en conocimientos, en ciencias, en tecnología, pero la sabiduría, el saber vivir, el poder vivir sabiamente, solo viene de Dios. Entonces, desde esa experiencia de humildad y aceptación, podemos volver a las otras ciencias, con nuestra mente más pura y limpia.



SALMO

Sal 92, 1-2. 5

R. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!

¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás! R.

Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos. R.



EVANGELIO

Mc 9, 14-29

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Después de la Transfiguración, Jesús, Pedro, Santiago y Juan bajaron del monte. Llegaron donde estaban los otros discípulos y los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo. Él les preguntó: "¿Sobre qué estaban discutiendo?". Uno de ellos le dijo: "Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron". "Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo". Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que está así?". "Desde la infancia, le respondió, y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos". "¡Si puedes...!", respondió Jesús. "Todo es posible para el que cree". Inmediatamente el padre del niño exclamó: "Creo, ayúdame porque tengo poca fe". Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más". El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: "Está muerto". Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie. Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?". Él les respondió: "Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración".

Palabra del Señor.



Comentario

Tanto en el padre del chico como en los discípulos se advierte una fe incipiente, o débil. Y es que la fe es un proceso, un camino, y un desafío. Los miembros del grupo de Jesús, es decir, los que se podían considerar más religiosos y más sabios de las cosas de Dios, están en este sentido en las mismas condiciones que este hombre. Todos tenemos que crecer en la fe. Quienes participamos activamente de la vida cristiana y quienes no.

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