viernes, 11 de febrero de 2011

Misa a elección. Feria. Verde. - Nuestra Señora de Lourdes. (ML). Blanco.

El 11 de febrero de 1858 la Virgen María se apareció por primera vez a Bernardita Soubirous, una jovencita de catorce años, hija de un molinero francés. A lo largo de seis meses la Virgen continuó apareciendo, presentándose como la Inmaculada Concepción. Lourdes se convirtió en un importante centro de peregrinación, sobre todo de enfermos que acuden buscando la salud.

LECTURA

Gn 3, 1-8

Lectura del libro del Génesis.

La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: "¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?". La mujer le respondió: "Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín. Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: 'No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte'". La serpiente dijo a la mujer: "No, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal". Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió. Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera. Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.

Palabra de Dios.



Comentario

Cuando los seres humanos quieren ser omnipotentes y tomar el lugar de Dios, toda la armonía de la creación se trastoca. El varón y la mujer se ocultan de Dios y tienen miedo de él. El vínculo cercano y la relación estrecha se han roto. Pero Dios sigue buscando al hombre.



SALMO

Sal 31, 1-2. 5-7

R. ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado!

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta! ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez! R.

Yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: "Confesaré mis faltas al Señor". ¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.

Por eso, que todos tus fieles te supliquen en el momento de la angustia; y cuando irrumpan las aguas caudalosas no llegarán hasta ellos. R.

Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación. R.



EVANGELIO

Mc 7, 31-37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Ábrete". Y en seguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".

Palabra del Señor.



Comentario

Jesús abre y desata. Dejemos frente a él nuestra dureza y nuestra cerrazón, y pidámosle que abra nuestros oídos y nuestros corazones para recibir su mensaje. Que desate nuestra boca para que se abra a toda palabra buena, al decir justo y edificante, y a cantar las alabanzas del Dios de la vida.

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