miércoles, 16 de marzo de 2011

De la feria. Morado.

LECTURA

Jon 3, 1-10

Lectura de la profecía de Jonás.

La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: "Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré". Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, éste se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos". Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.

Palabra de Dios.



Comentario

Nínive era la capital del imperio asirio. Muchas veces los profetas habían denunciado a Nínive por su violencia y sus crímenes. A esa ciudad pagana, alejada de Jerusalén y que no conocía al verdadero Dios, es enviado Jonás. Y, sorpresivamente, la ciudad corrupta escucha y se convierte. Porque Dios sigue dando oportunidades a aquellos que sinceramente se vuelven a él.



SALMO

Sal 50, 3-4. 12-13. 18-19

R. ¡Tú no desprecias un corazón contrito, Señor!

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.

Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado. R.



EVANGELIO

Lc 11, 29-32

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: Ésta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás.

Palabra del Señor.



Comentario

También a nosotros nos dice Jesús que no habrá más señal que la de Jonás. ¿En qué consiste esa señal? En que los pecadores y los que según nuestros criterios "ya no cambian más" se arrepienten de su mala conducta y vuelven a Dios. Jesús está indicando que muchas veces las personas religiosas se vuelven rígidas y autosuficientes, y entonces Dios ya no puede obrar en sus vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!!!