lunes, 22 de julio de 2013

Santa María Magdalena. (MO). Blanco.
Santa María Magdalena, liberada por el Señor de siete demonios, se convirtió en su discípula. Siguió a Jesús hasta el monte Calvario, y mereció ser tanto la primera en ver al Señor resucitado, en la mañana de Pascua, como la que lo comunicara a los demás discípulos.
LECTURA
Éx 14, 5-18
Lectura del libro del Éxodo.
Cuando informaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, el Faraón y sus servidores cambiaron de idea con respecto al pueblo, y exclamaron: "¿Qué hemos hecho? Dejando partir a Israel, nos veremos privados de sus servicios". Entonces el Faraón hizo enganchar su carro de guerra y alistó sus tropas. Tomó seiscientos carros escogidos y todos los carros de Egipto, con tres hombres en cada uno. El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y éste se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente. Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército; y los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de Pihajirot, frente a Baal Sefón. Cuando el Faraón ya estaba cerca, los israelitas levantaron los ojos y, al ver que los egipcios avanzaban detrás de ellos, se llenaron de pánico e invocaron a gritos al Señor. Y dijeron a Moisés: "¿No había tumbas en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Qué favor nos has hecho sacándonos de allí? Ya te lo decíamos cuando estábamos en Egipto: '¡Déjanos tranquilos! Queremos servir a los egipcios, porque más vale estar al servicio de ellos que morir en el desierto'". Moisés respondió al pueblo: "¡No teman! Manténganse firmes, porque hoy mismo ustedes van a ver lo que hará el Señor para salvarlos. A esos egipcios que están viendo hoy, nunca más los volverán a ver. El Señor combatirá por ustedes, sin que ustedes tengan que preocuparse por nada". Después el Señor dijo a Moisés: "¿Por qué me invocas con esos gritos? Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros".
Palabra de Dios.

Comentario
La lucha se muestra desigual. Los egipcios tienen rey, ejército, armas, carros y caballos. El pueblo de Dios no tiene nada de eso. Son los pobres de Yavé. Allí donde las fuerzas humanas no llegan a dar respuesta, allí se manifiesta Dios.

SALMO
[Sal] Éx 15, 1b-6
R. ¡El Señor se ha cubierto de gloria!
Él hundió en el mar los caballos y los carros. El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. Él es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. R.
El Señor es un guerrero, su nombre es "Señor". Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército, lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo. R.
El abismo los cubrió, cayeron como una piedra en lo profundo del mar. Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza, tu mano, Señor, aniquila al enemigo. R.

EVANGELIO
Jn 20, 1-3. 11-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentado uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto". Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella, pensando que era el cuidador del huerto, le respondió: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo". Jesús le dijo: "iMaría!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "iRaboní!", es decir, "¡Maestro!". Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y Padre de ustedes; a mi Dios y Dios de ustedes'". María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.
Palabra del Señor.

Comentario
En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, se relata que el grupo de mujeres discípulas fueron juntas al sepulcro la mañana del domingo. En cambio el evangelio según san Juan tiene la particularidad de nombrar solamente a María Magdalena. San Agustín lo explica de esta manera: "Según relata Juan, fue María Magdalena, sin duda en compañía de otras mujeres que habían servido al Señor, mucho más ferviente por su amor, hasta el punto de que Juan la menciona solo a ella, silenciando a las que fueron con ella, como atestiguan los otros" (San Agustín, Concordancia de los evangelios, III, 69).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!!!