lunes, 30 de mayo de 2011

De la feria. Blanco.

LECTURA

Hech 16, 11-15

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

En aquellos días, nos embarcamos en Tróade y fuimos derecho a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. De allí fuimos a Filipos, ciudad importante de esta región de Macedonia y colonia romana. Pasamos algunos días en esta ciudad, y el sábado nos dirigimos a las afueras de la misma, a un lugar que estaba a orillas del río, donde suponíamos que se hacía oración. Nos sentamos y dirigimos la palabra a las mujeres que se habían reunido allí. Estaba escuchando una de ellas, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara las palabras de Pablo. Después de bautizarse, junto con su familia, nos pidió: "Si ustedes consideran que he creído verdaderamente en el Señor, vengan a alojarse en mi casa"; y nos obligó a hacerlo.

Palabra de Dios.



Comentario

"Conociendo la actividad de Pablo, la expresión "nos obligó a hacerlo", referida a la hospitalidad de Lidia, cobra un hondo significado. Durante su actividad apostólica, Pablo no aceptó recibir dinero ni otro tipo de ayuda material de las comunidades, sino que siguió ejerciendo siempre su oficio de tejedor de tiendas. Él pensaba que su dedicación al evangelio no tenía por qué ser una carga para los demás cristianos. De la única iglesia de la cual Pablo aceptó ayuda económica fue justamente de la iglesia de Filipos, que tiene en Lidia a su primera representante. Lidia pone su casa a disposición del evangelio, alojando allí a los misioneros. Y logra que, por una vez, Pablo haga una excepción. Así, lo original, lo atrevido, viene de una mujer" (Gloria Ladislao, Las mujeres en la Biblia, Ed. San Pablo).



SALMO

Sal 149, 1-6. 9

R. ¡El Señor ama a su pueblo! O bien: Aleluya.

Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R.

Celebren su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara, porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes. R.

Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas. Glorifiquen a Dios con sus gargantas; ésta es la victoria de todos sus fieles. R.



EVANGELIO

Jn 15, 26-16, 4

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes".

Palabra del Señor.



Comentario

Estas palabras nos hablan de un contexto de violencia, y de violencia ejercida en nombre de Dios. "Llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios". Así lo sufrieron, cruelmente, los primeros cristianos perseguidos por el Sanedrín o por negarse a adorar a los dioses del imperio romano. Pero también puede ocurrir hoy en día, que alguien piense que debe imponer a Dios por la violencia. El Dios que nos enseñó Jesús es Dios de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!!!