viernes, 25 de mayo de 2012

Misa a elección. Feria. Blanco. - San Beda, el Venerable, - presbítero y doctor de la Iglesia. (ML). Blanco. - San Gregorio VII, papa. (ML). Blanco. - Santa María Magdalena de Pazzi, virgen. (ML). Blanco.
María Magdalena de Pazzi fue una religiosa carmelita que llegó a ser superiora de la comunidad. Tuvo fuertes experiencias místicas que relató en su libro Revelaciones. Durante la época de la Contrarreforma, escribió cartas a las autoridades de la Iglesia para que llevaran adelante las nuevas normas. Murió en el año 1607.
LECTURA
Hech 25, 13-21
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
El rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea y fueron a saludar a Festo. Como ellos permanecieron varios días, Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: "Félix ha dejado a un prisionero, y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. Yo les respondí que los romanos no tienen la costumbre de entregar a un hombre antes de enfrentarlo con sus acusadores y darle la oportunidad de defenderse. Ellos vinieron aquí, y sin ninguna demora, me senté en el tribunal e hice comparecer a ese hombre al día siguiente. Pero cuando se presentaron los acusadores, éstos no alegaron contra ellos eran no sé qué discusiones sobre su religión, y sobre un tal Jesús que murió y que Pablo asegura que vive. No sabiendo bien qué partido tomar en un asunto de esta índole le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para ser juzgados allí. Pero como éste apeló al juicio de su Majestad imperial, yo ordené que lo dejaran bajo custodia hasta que lo enviara al Emperador".
Palabra de Dios.
Comentario
El Evangelio es proclamado ante todo tipo de auditorios. Las acusaciones de los jefes religiosos se convierten en una ocasión para que la Buena Noticia de la Resurrección llegue hasta las autoridades civiles. En medio de la perplejidad y el asombro, también así, Jesucristo es proclamado.
SALMO
Sal 102, 1-2. 11-12. 19-20
R. ¡El Señor tiene su trono en el cielo! O bien: Aleluya.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen; cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
El Señor puso su trono en el cielo, y su realeza gobierna el universo. ¡Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes! R.
EVANGELIO
Jn 21, 15-19
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Después de la aparición a la orilla del lago, Jesús resucitado dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme".
Palabra del Señor.
Comentario
Los "requisitos" que se le piden a Simón Pedro son los que se piden a cualquier discípulo: el amor y el seguimiento. Quien tiene un puesto de pastoreo o dirigencia en la comunidad debe ser, en primer lugar, un discípulo que viva en el amor a los hermanos y a Jesús, y que esté dispuesto a seguir al Maestro. Sólo con esa base podrá cumplir la misión de apacentar.

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