lunes, 21 de mayo de 2012

Misa a elección. Feria. Blanco. - San Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires. (ML). Rojo.
Cristóbal nació en Jalisco, México, en el año 1869, en una familia humilde. Ordenado presbítero, prestó sus servicios en la Escuela de Artes y Oficios del Espíritu Santo, en Guadalajara; fue luego párroco de su pueblo natal. El 21 de mayo de 1927, mientras desempeñaba sus labores apostólicas dentro de su circunscripción eclesiástica, un grupo de militares capturó al párroco junto con otros sacerdotes, acusados de sedición. Ante el pelotón de fusilamiento, este santo pidió permiso para decir: "Soy y muero inocente, perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos".
LECTURA
Hech 19, 1-8
Lectura de los Hechos de los apóstoles.
Mientras Apolo permanecía en Corinto, Pablo atravesando la región interior, llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos y les preguntó: "Cuando ustedes abrazaron la fe, ¿recibieron el Espíritu Santo?". Ellos le dijeron: "Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo". "Entonces, ¿qué bautismo recibieron?", les preguntó Pablo. "El de Juan Bautista", respondieron. Pablo les dijo: "Juan bautizaba con el bautismo de penitencia, diciendo al pueblo que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús". Al oír estas palabras, ellos se hicieron bautizar en el Nombre del Señor Jesús. Pablo les impuso las manos, y descendió sobre ellos el Espíritu Santo. Entonces comenzaron a hablar en distintas lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue luego a la sinagoga y durante tres meses predicó abiertamente, hablando sobre el Reino de Dios y tratando de persuadir a los oyentes.
Palabra de Dios.
Comentario
Desde el primer Pentecostés, en los inicios de la Iglesia, el Espíritu sigue soplando. No hay casa, templo ni estructura que pueda encerrar al Espíritu. Allí donde se proclama el nombre de Jesús y los corazones se abren a su acción, el Espíritu está presente.
SALMO
Sal 67, 2-7
R. ¡Pueblos de la tierra, canten al Señor! O bien: Aleluya.
¡Se alza el Señor! Sus enemigos se dispersan y sus adversarios huyen delante de él. Tú los disipas como se disipa el humo; como se derrite la cera ante el fuego, así desaparecen los impíos delante del Señor. R.
Los justos se regocijan, gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría. ¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre! Su Nombre es "el Señor". R.
El Señor en su santa Morada es padre de los huérfanos y defensor de las viudas: Él instala en un hogar a los solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos. R.
EVANGELIO
Jn 16, 29-33
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios". Jesús les respondió: "¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo".
Palabra del Señor.
Comentario
Como comentábamos en una lectura anterior, en el Evangelio de Juan, la expresión "el mundo" designa a aquello que se opone al proyecto de Dios. Ese "mundo" está en lucha contra la luz, la verdad y la paz. Por eso Jesús habla de "vencer al mundo". Nos unimos a Jesús en este combate para que la humanidad llegue a gustar la vida de Dios.

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