lunes, 19 de marzo de 2012

San José, esposo de la Virgen María. (S). Blanco.

Los datos sobre san José los extraemos de las breves notas que el evangelio nos brinda. Fue un artesano carpintero radicado en la aldea de Nazaret, y descendiente de la familia de David. El Evangelio de Mateo dice que era un varón "justo"; esa expresión equivale a decir que era un buen creyente, que "ajustaba" su vida a la ley de Dios. Así lo muestra la lectura de hoy, que nos narra que san José "hizo todo" como el ángel de Dios le había indicado. Pío IX lo declaró Patrono de la Iglesia.

LECTURA

2Sam 7, 4-5. 12-14. 16

Lectura del segundo libro de Samuel.

En aquellos días, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: "Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: 'Cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Él edificará una casa para mi nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre'".

Palabra de Dios.



Comentario

Dios promete al rey el establecimiento de una casa-familia, en la que perpetuará su presencia. En época de Jesús, la casa real hacía ya tiempo que no gobernaba el país, ocupado por los romanos. ¿Cómo haría Dios para llevar a cabo su profecía? Este cumplimiento será revelado por el ángel en sueños a José.



SALMO

Sal 88, 2-5. 27. 29

R. Su descendencia permanecerá para siempre.

Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones. Porque tú has dicho: "Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo". R.

Yo sellé una alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi servidor: "Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones". R.

Él me dirá: "Tú eres mi padre, mi Dios, mi roca salvadora". Le aseguraré mi amor eternamente, y mi alianza será estable para él. R.



SEGUNDA LECTURA

Rom 4, 13. 16-18. 22

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: La promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común, como dice la Escritura: "Te he constituido padre de muchas naciones". Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: "Así será tu descendencia". Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.

Palabra de Dios.



Comentario

San José forma parte de un gran grupo de hombres y mujeres creyentes, que, desde Abraham, supieron poner su fe y su esperanza en Dios. Por la fe, confiaron en las promesas de Dios. Nosotros, que hemos visto la realización de las profecías en Jesús, vivamos también en esta fe que nos impulsa a caminar.



EVANGELIO

Mt 1, 16. 18-21. 24

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado así: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados". Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado.

Palabra del Señor.



Comentario

José, de la casa de David, recibe a Jesús como hijo y le pone el nombre. Este reconocimiento equivale a lo que hoy significa darle a un niño el apellido: queda incorporado a la familia. Así, por la obra de José, Jesús queda incluido en la descendencia davídica. Él será el rey que dará cumplimiento a las promesas de Dios.

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