domingo, 20 de julio de 2014

Domingo de la decimosexta semana del Tiempo Ordinario. 
PRIMERA LECTURA
En el pecado, das lugar al arrepentimiento

Lectura del libro de la Sabiduría 12, 13. 16-19
Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia.
Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos.
Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres.
Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 85, 5-6. 9-10. 15-16a 
R Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia, con los que te invocan. 
Señor, escucha mi oración, 
atiende la voz de mi súplica. R.
Todos los pueblos vendrán 
a postrarse en tu presencia, Señor; 
bendecirán tu nombre: 
«Grande eres tú, y haces maravillas; 
tú eres el único Dios. » R.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, 
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí. R.


SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede con gemidos inefables 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-27
Hermanos:
El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-43

Dejadlos crecer juntos hasta la siega
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
-«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"
Él les dijo:
"Un enemigo lo ha hecho."
Los criados le preguntaron:
"¿Quieres que vayamos a arrancarla?"
Pero él les respondió:
"No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores:
'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para QUEMARLA, y el trigo almacenadlo en mi granero.`»

Palabra del Señor.

COMENTARIO al Evangelio del Domingo:
Por Mikel Garciandía Goñi, Capellán de San Miguel de Aralar (Navarra - España)

Entonces los justos brillarán como el sol...


Todas las sospechas negativas que puede tener el hombre respecto de Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo son infundadas. Tienen su base en errores de apreciación de los que decimos ser creyentes, o en nuestra mala praxis religiosa, o en la cizaña que el Enemigo sin cesar siembra entre las mieses de la historia. La existencia de Dios no conlleva sin más la no existencia del mal, no aniquila automáticamente lo que aún no está del todo penetrado de la Luz. El “ya sí” y a la vez “todavía no” de la redención hace que entre luz y tiniebla haya un umbral amplio, llamado a ser transfigurado un día.

En el hoy del tiempo histórico, sólo cabe reflejar la luz del único Sol victorioso que es Jesús. Nosotros tenemos que ser como la luna, y tratar de vivir en la fase creciente. Dios sabe todo esto. Es más, Él lo propicia paciente, pues el Amor no sabe de impaciencias, prisas y agitaciones. Discurre sereno en su infinito gozo, discreto en su potencia. “Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así enseñaste que el justo debe ser humano” (Sab12, 18-19). 

El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza

El corazón de Jesús respira esa Sabiduría, y nos la regala este domingo. Acostumbrados a que nuestro umbral de percepción requiera cada vez de estímulos mayores y más estridentes, la voz de Dios se nos cuela en lo insignificante para la mentalidad mundana. Sólo en la humildad y la paciencia alumbra lo verdaderamente grande. Las tres parábolas que nos regala el Evangelio forman un tríptico luminoso. Nos dan la clave adecuada para descodificar la maraña de nuestra vida, y la orientan hacia Casa, hacia la Fiesta que el buen Padre Dios está ultimando con tanto celo e ilusión.

La buena semilla que sin duda hay en mí, y en medida rebosante, debe por el momento convivir con la cizaña de no sólo está al borde de mi corazón. Dios soporta indulgente mi ambigua manera de seguirle y servirle. Soy yo el justiciero, que llevado de soberbia, juego a ser cátaro inflexible con los demás. Nada que ver con el reino. Gozo en la mostaza que crece, en la levadura que fermenta la masa. Así es Dios. Descanso u paz para el alma. Sabiduría paciente que prepara el mundo nuevo en el que el tímido destello será fulgor sin sombras. Pero mientras tanto, gocemos de las jugadas de Dios.

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