jueves, 2 de enero de 2014

Feria de Navidad 
PRIMERA LECTURA 
Epístola I de San Juan 2,22-28. 
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. 
El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre. 
En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre. 
La promesa que él nos hizo es esta: la Vida eterna. 
Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos. 
Pero la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Y ya que esa unción los instruye en todo y ella es verdadera y no miente, permanezcan en él, como ella les ha enseñado. 
Sí, permanezcan en él, hijos míos, para que cuando él se manifieste, tengamos plena confianza, y no sintamos vergüenza ante él en el Día de su Venida. 

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 98(97),1.2-3ab.3cd-4. 
Entonen al Señor un canto nuevo, 
pues ha hecho maravillas, 
la salvación provino de su diestra, 
de su brazo de santidad.

El Señor dio a conocer su salvación, 
hizo ver a los paganos su justicia,
se acordó de su amor y fidelidad 
en favor de la casa de Israel.

Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamen al Señor, toda la tierra, 
estallen en gritos de alegría!


EVANGELIO según San Juan 1,19-28. 
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?". 
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías". 
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió. 
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?". 
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías". 
Algunos de los enviados eran fariseos, 
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?". 
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: 
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia". 
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor.

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