Santa Rosa de Lima, virgen. -
Patrona de América Latina. (F). Blanco.
Rosa
fue terciaria dominica. Tal era su fervor por Dios, que levantó una
ermita en el patio de su casa para dedicarse a la oración y a la
penitencia. Fue rigurosa en ayunos y sacrificios y, al mismo tiempo,
solícita en el amor al prójimo: atendió a muchos enfermos y pobres de la
ciudad de Lima. Su vida estuvo marcada por una fuerte experiencia
mística de encuentro con Dios. Murió en el año 1617. Es la primera santa
americana y la patrona principal de América y Filipinas.
LECTURA
2Cor 10, 17-11, 2
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos:
El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es
el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.
¡Ojalá quieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me
toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he
unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a él como una virgen
pura.
Palabra de Dios.
Comentario
La
carta usa la imagen del amor matrimonial para señalar la relación entre
Cristo y el creyente. Una relación con Cristo vivida desde el
apasionamiento y la entrega genera una mística que se expresa en una
existencia profunda y comprometida en el amor y el servicio al prójimo.
SALMO
Sal 148, 1-2. 11-14
R. ¡Alaben el Nombre del Señor, los jóvenes y las vírgenes!
Alaben al Señor desde el cielo, alábenlo en las alturas; alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Los
reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y los
gobernantes de la tierra; los ancianos, los jóvenes y los niños, alaben
el Nombre del Señor. R.
Alaben
el Nombre del Señor. Porque sólo su Nombre es sublime; su majestad está
sobre el cielo y la tierra, y él exalta la fuerza de su pueblo. R.
¡A él, la alabanza de todos sus fieles, y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.
EVANGELIO
Mt 13, 44-46
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús
dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro
escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y,
lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de
los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar
perlas finas y, al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que
tenía y la compró".
Palabra del Señor.
Comentario
Estas
parábolas nos presentan el reino de Dios como algo tan valioso que hace
que todas las acciones de la vida se subordinen a esa riqueza. Para
quien encuentra la alegría de participar del Reino, todas las otras
cosas quedan relativizadas: los bienes materiales, las relaciones
humanas, el trabajo y la vida cotidiana. Estas encuentran verdaderamente
su valor cuando nos permiten orientar toda nuestra vida hacia el reino
de Dios.
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