viernes, 30 de agosto de 2013

Santa Rosa de Lima, virgen. - Patrona de América Latina. (F). Blanco.
Rosa fue terciaria dominica. Tal era su fervor por Dios, que levantó una ermita en el patio de su casa para dedicarse a la oración y a la penitencia. Fue rigurosa en ayunos y sacrificios y, al mismo tiempo, solícita en el amor al prójimo: atendió a muchos enfermos y pobres de la ciudad de Lima. Su vida estuvo marcada por una fuerte experiencia mística de encuentro con Dios. Murió en el año 1617. Es la primera santa americana y la patrona principal de América y Filipinas.
LECTURA
2Cor 10, 17-11, 2
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda. ¡Ojalá quieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a él como una virgen pura.
Palabra de Dios.

Comentario
La carta usa la imagen del amor matrimonial para señalar la relación entre Cristo y el creyente. Una relación con Cristo vivida desde el apasionamiento y la entrega genera una mística que se expresa en una existencia profunda y comprometida en el amor y el servicio al prójimo.

SALMO
Sal 148, 1-2. 11-14
R. ¡Alaben el Nombre del Señor, los jóvenes y las vírgenes!
Alaben al Señor desde el cielo, alábenlo en las alturas; alábenlo, todos sus ángeles, alábenlo, todos sus ejércitos. R.
Los reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y los gobernantes de la tierra; los ancianos, los jóvenes y los niños, alaben el Nombre del Señor. R.
Alaben el Nombre del Señor. Porque sólo su Nombre es sublime; su majestad está sobre el cielo y la tierra, y él exalta la fuerza de su pueblo. R.
¡A él, la alabanza de todos sus fieles, y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.

EVANGELIO
Mt 13, 44-46
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas y, al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró".
Palabra del Señor.

Comentario
Estas parábolas nos presentan el reino de Dios como algo tan valioso que hace que todas las acciones de la vida se subordinen a esa riqueza. Para quien encuentra la alegría de participar del Reino, todas las otras cosas quedan relativizadas: los bienes materiales, las relaciones humanas, el trabajo y la vida cotidiana. Estas encuentran verdaderamente su valor cuando nos permiten orientar toda nuestra vida hacia el reino de Dios.

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