jueves, 29 de agosto de 2013

Martirio de san Juan Bautista. (MO). Rojo.
"El evangelio describe con trazos fuertes y sobrios el estilo de vida y predicación de Juan Bautista. Parece el retrato vivo de los profetas del Antiguo Testamento: se alimentaba de langostas y miel silvestre, vestía una piel de camello y predicaba el arrepentimiento y la preparación para la venida del Mesías y su reinado. Cumpliendo su misión de profeta denunció la unión incestuosa de Herodes Antipas con la mujer de su hermano. Herodes lo mandó ejecutar. Nada sabemos con certeza sobre sus reliquias. Varias tradiciones las sitúan en Sebaste (Samaria) donde se le rendía culto ya en el siglo IV" (Diccionario de los Santos, Ed. Verbo Divino).
LECTURA
1Tes 3, 7-13
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos: a pesar de las angustias y contrariedades, nos sentimos reconfortados por ustedes, al comprobar su fe. Sí, ahora volvemos a vivir, sabiendo que ustedes permanecen firmes en el Señor. ¿Cómo podremos dar gracias a Dios por ustedes, por todo el gozo que nos hacen sentir en la presencia de nuestro Dios? Día y noche, le pedimos con insistencia que podamos verlos de nuevo personalmente, para completar lo que todavía falta a su fe. Que el mismo Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesucristo, nos allanen el camino para ir allí. Que el Señor los haga crecer cada vez más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén.
Palabra de Dios.

Comentario
Pablo desborda de alegría por la fe de esta comunidad, y no se quedará corto en expresiones de gozo y elogios. Es que ver los frutos que Dios ha realizado es para celebrar, agradecer y comunicar.

SALMO
Sal 89, 3-4. 12-14. 17
R. ¡Sácianos con tu amor, Señor, y cantaremos felices!
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: "Vuelvan, seres humanos". Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.

EVANGELIO
Mc 6, 17-29
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Herodes había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. La hija, de Herodías, salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió ésta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y ésta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Palabra del Señor.

Comentario
Todos somos profetas por el don del Espíritu Santo recibido en el bautismo. La función profética incluye el anuncio gozoso, pero también la denuncia. Juan Bautista cumplió cabalmente su misión profética incluso cuando esto lo llevó a enfrentarse con un gobernador caprichoso e injusto. Su ejemplo nos moviliza para que desarrollemos nuestro carisma profético en la realidad que a cada uno le toca vivir.

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