Martirio de san Juan Bautista. (MO). Rojo.
"El
evangelio describe con trazos fuertes y sobrios el estilo de vida y
predicación de Juan Bautista. Parece el retrato vivo de los profetas del
Antiguo Testamento: se alimentaba de langostas y miel silvestre, vestía
una piel de camello y predicaba el arrepentimiento y la preparación
para la venida del Mesías y su reinado. Cumpliendo su misión de profeta
denunció la unión incestuosa de Herodes Antipas con la mujer de su
hermano. Herodes lo mandó ejecutar. Nada sabemos con certeza sobre sus
reliquias. Varias tradiciones las sitúan en Sebaste (Samaria) donde se
le rendía culto ya en el siglo IV" (Diccionario de los Santos, Ed. Verbo
Divino).
LECTURA
1Tes 3, 7-13
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Hermanos:
a pesar de las angustias y contrariedades, nos sentimos reconfortados
por ustedes, al comprobar su fe. Sí, ahora volvemos a vivir, sabiendo
que ustedes permanecen firmes en el Señor. ¿Cómo podremos dar gracias a
Dios por ustedes, por todo el gozo que nos hacen sentir en la presencia
de nuestro Dios? Día y noche, le pedimos con insistencia que podamos
verlos de nuevo personalmente, para completar lo que todavía falta a su
fe. Que el mismo Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesucristo, nos
allanen el camino para ir allí. Que el Señor los haga crecer cada vez
más en el amor mutuo y hacia todos los demás, semejante al que nosotros
tenemos por ustedes. Que él fortalezca sus corazones en la santidad y
los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el día de la
Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén.
Palabra de Dios.
Comentario
Pablo
desborda de alegría por la fe de esta comunidad, y no se quedará corto
en expresiones de gozo y elogios. Es que ver los frutos que Dios ha
realizado es para celebrar, agradecer y comunicar.
SALMO
Sal 89, 3-4. 12-14. 17
R. ¡Sácianos con tu amor, Señor, y cantaremos felices!
Tú
haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: "Vuelvan,
seres humanos". Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer,
que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.
Enséñanos
a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la
sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus
servidores. R.
Sácianos
en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que
descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro
Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
EVANGELIO
Mc 6, 17-29
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Herodes
había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer
de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a
Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". Herodías
odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo
respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía.
Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se
presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños,
ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los
notables de Galilea. La hija, de Herodías, salió a bailar, y agradó
tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme
lo que quieras y te lo daré". Y le aseguró bajo juramento: "Te daré
cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella fue a
preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el
Bautista", respondió ésta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el
rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una
bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció mucho,
pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso
contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de
Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo
sobre una bandeja, la entregó a la joven y ésta se la dio a su madre.
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y
lo sepultaron.
Palabra del Señor.
Comentario
Todos
somos profetas por el don del Espíritu Santo recibido en el bautismo.
La función profética incluye el anuncio gozoso, pero también la
denuncia. Juan Bautista cumplió cabalmente su misión profética incluso
cuando esto lo llevó a enfrentarse con un gobernador caprichoso e
injusto. Su ejemplo nos moviliza para que desarrollemos nuestro carisma
profético en la realidad que a cada uno le toca vivir.
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