lunes, 5 de noviembre de 2012

De la feria. Verde.
LECTURA
Flp 2, 1-4
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.
Hermanos: Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por interés ni por vanidad. Que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.
Palabra de Dios.
Comentario
Un pastor o un dirigente que ama a su comunidad, quiere lo mejor para ella. Por eso Pablo, de todos los modos posibles, exhorta a los integrantes de la suya a vivir en un amor entrañable. Como un padre o una madre cuando miran a sus hijos, no hay mayor alegría para el apóstol que saber que las relaciones entre ellos son de cuidado y amor.
SALMO
Sal 130, 1-3
R. ¡Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor!
Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas. R.
Yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí. Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre. R.
EVANGELIO
Lc 14, 1. 12-14
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Jesús dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!".
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús no habla simplemente de "dar de comer" a los necesitados, sino de algo mucho más comprometido: comer con ellos. La mesa compartida es signo del Reino, y, por lo tanto, ninguna persona debe quedar fuera de esta fiesta.

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